Un comando checheno amenaza a más de dos mil rehenes en un hospital ruso

Rusia sufrió ayer un nuevo zarpazo de la guerrilla nacionalista chechena, que amenaza con convertirse en una sangría en cuestión de horas. Un comando de varios centenares de hombres asaltó de madrugada la ciudad de Kizliar, atacó su aeropuerto y se hizo fuerte en el hospital con más de dos mil rehenes, a dos de los cuales fusiló de inmedito. Los asaltantes exigen que Rusia ponga fin a la guerra de Chechenia. El presidente Borís Yeltsin ordenó acabar con la ocupación del hospital, y el jefe del comando, Salám Radúiev, de 28 años y yerno del líder secesionista Dzhojar Dudáiev, habló de reducir a...

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Rusia sufrió ayer un nuevo zarpazo de la guerrilla nacionalista chechena, que amenaza con convertirse en una sangría en cuestión de horas. Un comando de varios centenares de hombres asaltó de madrugada la ciudad de Kizliar, atacó su aeropuerto y se hizo fuerte en el hospital con más de dos mil rehenes, a dos de los cuales fusiló de inmedito. Los asaltantes exigen que Rusia ponga fin a la guerra de Chechenia. El presidente Borís Yeltsin ordenó acabar con la ocupación del hospital, y el jefe del comando, Salám Radúiev, de 28 años y yerno del líder secesionista Dzhojar Dudáiev, habló de reducir a cenizas la ciudad. Kiz1iar, en la república rusa de Daguestán, es una base , importante para las tropas del Kremlin que operan en la vecina Chechenia y por ello un furioso Yeltsin tronó ante sus ministros: "¿Cómo es posible que hayan podido pasar por donde debía haber más de un millar de nuestros soldados?".

La operación recuerda a la de junio en Budiónnovsk, que terminó con una negociación, pero esta vez se teme un final dramático.

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