NECROLÓGICAS

Ahmad Jomeini, hijo del fundador de la república islámica de Irán

Irán impuso el luto oficial ayer tras la muerte de Ahmad Jomeini, hijo del difunto fundador de la república islámica, que sucumbió ante un ataque cardiaco tras cinco días de agonía en el hospital de Baqiyatollah, en Teherán. Tenía 48 años."No soy nadie. No tengo un puesto en el Gobierno", había dicho en una entrevista con el diario iraní Ettelaat en 1982. Eso resultaba relativo: Ahmad Jomeini era una figura esencial en el enigmático paisaje político de la república islámica, donde los intentos por hallar un heredero ideológico al ayatolá Jomeini, muerto a la edad de 86 años en 1989, se ...

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Irán impuso el luto oficial ayer tras la muerte de Ahmad Jomeini, hijo del difunto fundador de la república islámica, que sucumbió ante un ataque cardiaco tras cinco días de agonía en el hospital de Baqiyatollah, en Teherán. Tenía 48 años."No soy nadie. No tengo un puesto en el Gobierno", había dicho en una entrevista con el diario iraní Ettelaat en 1982. Eso resultaba relativo: Ahmad Jomeini era una figura esencial en el enigmático paisaje político de la república islámica, donde los intentos por hallar un heredero ideológico al ayatolá Jomeini, muerto a la edad de 86 años en 1989, se habían centrado a veces en la descendencia genealógica. Si bien Ahmad Jomeini no fue un sucesor en el sentido religioso ni político de la palabra, desempeñó un papel de relieve en la faena de mantener vivo el espíritu del ayatolá revolucionario. "El Islam es la única solución", dijo hace años en una brevísima entrevista con EL PAÍS que concluyó abruptamente cuando se le preguntó si era verdad que mantenía estrechos contactos con los shiíes del Líbano que urdieron el secuestro de ciudadanos occidendales en la década pasada.

Barbudo, dotado del turbante negro que la religión otorga a los aplicados estudiantes de teología que regresan de la ciudad sagrada de Qom, Ahmad Jomeini llevaba una vida reservada y sus apariciones públicas provocaban siempre emoción popular, no sólo por que era el hijo del ayatola, sino porque sus breves -a veces fogosos- discursos proclamaban el mismo mensaje del padre: La única respuesta a la arrogancia del mundo no islámico" estaba en el Corán.-

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