El presunto hijo de El Cordobés irá mañana a 'La máquina de la verdad'

Manuel Díaz, el presunto hijo de El Cordobés, irá mañana a La máquina de la verdad, el programa que dirige en la noche del jueves Julián Lago para Tele 5. El Cordobés, hijo, es personaje recurrente, y en su provecho, de las revistas del corazón. Se hace presente Manuel Díaz en los ruedos, alborota la blonda cabellera, da dos brincos, pega tres zapatetas y va y dicen las buenas gentes: "Es clavadito al padre". La conclusión admite réplica, sin embargo, porque pegar zapatetas, dar brincos y alborotar cabelleras blondas delante de un toro está al alcance de cual de cualquiera que se vi...

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Manuel Díaz, el presunto hijo de El Cordobés, irá mañana a La máquina de la verdad, el programa que dirige en la noche del jueves Julián Lago para Tele 5. El Cordobés, hijo, es personaje recurrente, y en su provecho, de las revistas del corazón. Se hace presente Manuel Díaz en los ruedos, alborota la blonda cabellera, da dos brincos, pega tres zapatetas y va y dicen las buenas gentes: "Es clavadito al padre". La conclusión admite réplica, sin embargo, porque pegar zapatetas, dar brincos y alborotar cabelleras blondas delante de un toro está al alcance de cual de cualquiera que se vista de luces. Lo dificil es aquello de parar, templar y mandar. Muchos, intentándolo, se llevaron una cornada en la femoral. El mismo Manuel Díaz sostiene que honra a su padre y aclara que vino al mundo fruto de los amores de su madre, Elizabeth, y aquel Manuel Benítez, El Cordobés, terrateniente y millonario, líder de la torería en la década de los sesenta, virtuoso de la melena, el brinco, la zapateta y el salto de la rana.

El Cordobés genuino no está conforme con la presunta paternidad. Ni siquiera lo está con que el supuesto hijo utilice su apodo, de manera que presentó querella y el juez le dio la razón. Pero como la sentencia era recurrible, su señoría dispuso que si El Cordobés hijo quizá determinaba seguir utilizando el apodo, habría de depositar una fianza de 15 millones de pesetas, en previsión de posibles. daños y perjuicios. Y la depositó, al parecer, porque con el apodo famoso y la zapatiesta que monta en los ruedos las buenas gentes pueden decir: "Clavadito al padre", y eso le produce sustanciosas rentabilidades. Manuel Díaz irrumpió novillero en la fiesta toreando bien, y no pasaba nada. Hasta que le dio la ventolera -o acaso se le rebelaron los genes- y denunció aquella paternidad oculta, para general sorpresa y regular escándalo.

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