Entrevista:

"Yo sé ganar y perder. Nos hemos equivocado"

Pregunta. Desde que dejó Rumania, en 1968, ha ido viviendo ciclos entre Italia y España.Respuesta. Yo llegué a España con 31 años, pocos días después de la invasión de Checoslovaquia, y la verdad es que lo pasé muy mal. Juan José Rosón y Adolfo Suárez, que entonces estaban en RTVE, hablaron conmigo des pués de que me premiaran un pro grama en Montecarlo. El Gobierno rumano no me dejó viajar a Madrid hasta dos años después. Yo entonces no tenía ni idea de cómo era España, no estaba preparado para comprender las reglas de juego de este país, no ha blaba más que rumano y francés. Fu...

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Pregunta. Desde que dejó Rumania, en 1968, ha ido viviendo ciclos entre Italia y España.Respuesta. Yo llegué a España con 31 años, pocos días después de la invasión de Checoslovaquia, y la verdad es que lo pasé muy mal. Juan José Rosón y Adolfo Suárez, que entonces estaban en RTVE, hablaron conmigo des pués de que me premiaran un pro grama en Montecarlo. El Gobierno rumano no me dejó viajar a Madrid hasta dos años después. Yo entonces no tenía ni idea de cómo era España, no estaba preparado para comprender las reglas de juego de este país, no ha blaba más que rumano y francés. Fue como si hubiera ido a vivir a otra galaxia. Afortunadamente, los dos programas que me encargaron -El irreal Madrid y La última moda- consiguieron premios internacionales, y eso le vino muy bien al régimen, que necesitaba salir del aislamiento.

P. Y gracias a eso se quedo diez años más en Televisión Española.

R. Sí, me pidieron programas de continuidad. Nunca he sido de plantilla en TVE. Todo fue bien hasta que en 1979 cometí el error de dirigir un programa, Sumarísimo, que pretendía ser de humor, pero era muy malo. Fue un fracaso. Entonces tuve la suerte de que que me llamaran de la RAI. Después conocí a Berlusconi y me quedé con él hasta 1989, en que volví a España para dirigir Tele 5.

P. Entre unas cosas y otras tuvo tiempo para rodar los espacios electorales de Arias Navarro, Licinio de la Fuente y Manuel Fraga. Ellos formaban parte de lo que se llamaron los siete magníficos y se presentaron a las elecciones de 1977 por Alianza Popular.

R. Sí, yo estaba rodando en Canadá un programa musical, me subieron en un Concorde y me hicieron volver a toda prisa a España. Fue un encargo de una agencia de publicidad. Igual perdieron las elecciones por mi culpa.

P. Convertir a esos personajes en protagonistas de un anuncio usando el zoom y las técnicas de vídeo musical que le hicieron famoso debió tener su mérito.

R. Yo lo de Arias Navarro no lo recuerdo. A Licinio, sí. Usé una caligrafía televisiva muy avanzada, con muchos efectos. Fraga, que tenía mucha prisa, sólo aceptó grabar una toma, que salió mal, pero él dijo: 'No, es magnífica. No hay tiempo para repetir'. Y se marchó corriendo.

P. ¿De los cuatro años de vida de Tele 5, 1993 ha sido el peor?

R. La cadena tenía un riguroso plan de viabilidad económica en el que estaban previstas pérdidas en los tres primeros años y lograr el equilibrio en el cuarto. Sin embargo, en el primer año, en lugar de perder los 8.500 millones previstos, sólo perdimos 2.500; en el segundo ganamos 700 millones; en el tercero, 470. El ejercicio de 1993 aún no está cerrado. Pero sí sé que no va a haber beneficios, aunque las pérdidas no serán cuantiosas.

P. ¿Qué ha pasado para que de pronto Tele 5 sufra este bajón?

R. Ha sido un año muy dificil, con una crisis económica notable y con una distorsión del mercado por una competencia más aguda.

P. Y también porque ustedes han perdido audiencia.

R. Sí. Pero seguimos por encima del 20%. Es un buen porcentaje. Además, la media anual ha sido mayor que la de nuestros competidores de Antena 3. En los primeros seis meses les hemos superado.

P. ¿Y qué ha pasado en los últimos seis meses?

R. No lo sé. No sé explicar lo que ha pasado. La lógica de nuestra programación se rompió: programas que normalmente obtenían una buena cuota de audiencia de repente han dejado de tenerla. Películas importantes, de gran éxito comercial, dejaron de impactar a los espectadores. Yo, que he sido siempre deportista y he sabido ganar y perder, no quiero buscar excusas. En algo nos habremos equivocado a la hora de diseñar la cadena.

P. ¿Qué van a hacer ahora?

R. Creo que sabremos afrontar desde la humildad una recolocación de la cadena. Tenemos un equipo humano extraordinario para recuperar lo perdido.

P. ¿Conocen las causas del cansancio de los telespectadores?

R. Hemos encargado estudios para entender por qué el público fiel a Tele 5 ha traicionado parte de nuestra oferta. Nos reprocha no habernos puesto al día con la realidad de crisis económica. La gente no quiere entretenimiento todos los días. Cuando la situación económica no era tan grave, una cadena que invitaba a la juerga y a la fiesta diaria era bien aceptada. En cuan to el país se crispa, el espectador dice: 'Está bien el cachondeo de Tele 5, pero yo no estoy del mismo humor'. Por eso estamos corrigiendo el rumbo y haciendo la transición. Llevamos ocho meses trabajando para tener peso y credibilidad. Estamos incluyendo debates, tertulias, más informativos, más deportes y programas culturales.

P. Con eso corren el peligro de perder sus signos de identidad.

R. No, no. Quiero insistir mucho. Sólo queremos enriquecer la cadena, no borrar su pasado. Nosotros teníamos que llamar la atención para romper la fuerte relación que mantenían los españoles con la televisión pública. Por eso nuestra cadena tuvo que cometer excesos, muchas veces deliberados, para provocar y llamar la atención. Es como cuando los niños lloran para hacerse notar y pedir cariño. Nosotros tuvimos que hacer lo mismo.

P. Y lo hicieron a base de tetas.

R. Pues sí. A base de tetas. Pero al menos nosotros tenemos la conciencia tranquila porque las tetas eran bonitas. Hubiera sido peor sacar desde las pantallas de Tele 5 tetas feas.

P. Al principio parecía que en Tele 5 veían a los españoles con muchas carencias eróticas. Y emitieron un programa surrealista que se llamaba Ay, qué calor.

R. Ése es el programa que menos duró en la pantalla de Tele 5. Y relegado en horario. Ése era uno de los que tenían que llamar la atención. Cumplido su objetivo, lo quitamos y nunca más regresó.

P. ¿La máquina de la verdad también ha sido para llamar la atención?

R. No, y no entiendo que provoque reacciones tan agresivas. Es un programa de investigación, hecho con más o menos talento pero es eso. Algunos personajes han comportado con más decencia que otros. Puedo admitir en algunos momentos el trabajo de la redacción ha sido más profundo y otros menos profundo Pero el director es un periodista con gran experiencia en los medio escritos y con prestigio, y la gente de la redacción ha pasado por lo mejores periódicos y las mejores revistas.

P. Parece que en la nueva Tele 5 las mama-chicho y los intelectuales van a ir de la mano.

R. El espíritu mama-chicho, si se puede llamar así, es un espíritu que cambia. Queremos que todo sea compatible. Aunque queremos hacer cada día más difícil la penetración en esta cadena de mal gusto y de la chabacanería. Este concepto es muy relativo porque la chabacanería no tiene una unidad de medida, como pueda ser el litro. Pero, pese a ello, habrá filtros, porque el público cada día esta más preparado.

P. Les habrán llamado a veces horteras.

R. Sí, nos han llamado horteras. Pero nuestra cadena es popular. Y me parece muy ofensivo agresivo confundir lo popular con lo hortera,

P. Nadie le puede negar el mérito de haber intuido que los despistes de Carmen Sevilla y sus problemas con la faja iban a encandilar a la audiencia

R. No fue difícil. Es una estrella tan cercana, tan familiar, que nadie puede sentir rechazo por ella.

P. Las encuestas electorales italianas sitúan a Berlusconi y a Ochetto muy próximos. ¿Una victoria de Berlusconi le afectaría usted?

R. No. Sólo aumentaría mi orgullo por ser su amigo. Me auto controlo porque no quiero ser pelota, pero Berlusconi es un fue de serie.

P. ¿Usted comparte sus ideas políticas?

R. No las conozco.

P. ¿No le ha mandado un programa electoral?

R. No. Pero sé que él imagina Italia como una gran empresa porque es sobre todo un gran empresario, un pragmático. Si juega un papel en la política italiana mejorará las condiciones de vid de los ciudadanos y ayudará consolidar la democracia.

P. ¿Usted, que tiene la nacionalidad española, vota?

R. Por supuesto.

P. ¿Y ... ?

R. Y nada. El voto es secreto

P. Sí, pero seguro que al partido le cae mejor que otro.

R. Claro, pero si lo digo perjudicaría a la cadena, porque se interpretarían influencias que ni existen. En el trabajo no tengo ideas políticas. Además, yo cumplo la línea editorial que marca consejo de administración. Es verdad que, por venir de un país comunista y haber vivido primer una dictadura en Rumania y después otra con Franco, sí puedo decir que la comunista es peor.

P. Aunque no quiera definir políticamente, ¿acepta opinar sobre algunas cuestiones? Por ejemplo, ¿está usted a favor o en contra de la pena de muerte, o del aborto?

R. Estoy totalmente en contr de la pena de muerte. Y a favor de aborto.

P. El sistema corrector de la desigualdades sociales propio d las socialdemocracias, ¿le parece necesario o cree que peca de ineficacia o de paternalismo?

R. No. Creo que es necesario.

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