GENTE

Diana de Gales,

separada del heredero de la Corona británica, el príncipe Carlos, almorzó y conversó durante dos horas el pasado lunes, en un distinguido restaurante londinense, con un acompañante secreto de gran. parecido con Robert Refford, según informaba ayer la prensa popular del Reino Unido, que resaltaba la decisión de la princesa de emprender una nueva vida. El diario The Sun, que publicaba una fotografía del encuentro, señalaba que ésta es la segunda vez que ambos almuerzan en el restaurante del barrio de Kensington.Agrega el rotativo que lady Di ha dejado claro a la familia real...

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separada del heredero de la Corona británica, el príncipe Carlos, almorzó y conversó durante dos horas el pasado lunes, en un distinguido restaurante londinense, con un acompañante secreto de gran. parecido con Robert Refford, según informaba ayer la prensa popular del Reino Unido, que resaltaba la decisión de la princesa de emprender una nueva vida. El diario The Sun, que publicaba una fotografía del encuentro, señalaba que ésta es la segunda vez que ambos almuerzan en el restaurante del barrio de Kensington.Agrega el rotativo que lady Di ha dejado claro a la familia real que quiere separar sus deberes como princesa de Gales de sus ratos libres con sus amistades.

Por otra parte, el verdadero amor del príncipe Carlos, que no es otro que su osito de peluche, se encuentra en perfecto estado después de que una operación colocara de nuevo en su sitio el brazo de esta mascota. El príncipe, de 44 años, descubrió una grieta en el brazo de su compañero infatigable hace dos noches, cuando se encontraba en el palacio de Saint James, informaba el dominical Sunday Mirror. Inmediatamente envió a su amigo, de su misma edad, a su antigua nodriza, Mabel Anderson, la única persona en la que Carlos confía en este tipo de asuntos y que enseguida puso fin a la dolencia.

Según afirma el periódico, este osito de peluche siempre acompaña al príncipe Carlos adonde quiera que vaya, y tan sólo estuvieron separados en una ocasión en que el hijo de la reina Isabel II tuvo que pasar revista a sus regimientos. "El osito lo ha visto todo: amores, peleas y lágrimas. No tienen secretos entre ellos", afirma en el dominical un miembro del personal de palacio.-

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