González condiciona su continuidad a que el PSOE asuma la actual política económica

Felipe González condiciona su decisión de continuar al frente del PSOE como cabeza de cartel en las próximas elecciones a que el partido asuma la línea económica actual y se comprometa con el objetivo de convergencia para alcanzar la unión europea. En una larga entrevista concedida a EL PAÍS el miércoles, González analiza su década en el poder y acepta la idea de presidir un Gobierno de coalición, pero aclara que no pactará nunca "con quienes digan que antes tengo que pagar una factura", en clara alusión a Jordi Pujol.

El presidente del Gobierno admite sentirse frustrado por el mal func...

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Felipe González condiciona su decisión de continuar al frente del PSOE como cabeza de cartel en las próximas elecciones a que el partido asuma la línea económica actual y se comprometa con el objetivo de convergencia para alcanzar la unión europea. En una larga entrevista concedida a EL PAÍS el miércoles, González analiza su década en el poder y acepta la idea de presidir un Gobierno de coalición, pero aclara que no pactará nunca "con quienes digan que antes tengo que pagar una factura", en clara alusión a Jordi Pujol.

El presidente del Gobierno admite sentirse frustrado por el mal funcionamiento de la Administración y se declara preocupado por la crisis de la unidad europea: "Si se rompe Europa no es ya que se termine el proyecto socialista; se terminaría una parte importantísima del proyecto de todo el país".Refiriéndose a las batallas internas en el seno del PSOE, González pide que "no sigamos hablando de guerrismo o felipismo". "Estoy seguro", añade, "de que, caso de que haya una candidatura mía, el primer apoyo vendrá de Alfonso [Guerra], independientemente de cualquier otra consideración, incluida nuestra amistad". El jefe del Ejecutivo dice que "la idea de presidir un Gobierno de coalición, después de 10 años de mayorías absolutas, no me turba excesivamente". E insiste en la necesidad de tiempo para cambiar España. "Si alguien piensa que un cambio de la magnitud que necesitaba y necesita España se consigue en una o dos legislaturas se equivoca". "Nos estrellaremos de nuevo, como tantas veces en la historia".

González rechaza las críticas de corrupción. "Este Gobierno es tan honrado como el que más, si no el más honrado de los que haya conocido España".

El líder socialista asevera que en el tema de las libertades no percibo ningún pecado de defecto", y es muy crítico con la oposición: "Llevamos dos lustros sin una oferta alternativa".

González reconoce que ha pagado un alto precio familiar por su década en La Moncloa, y concluye: "Aquí estoy, un joven viejo, como me llaman algunos".