Ajustada victoria laborista en las elecciones legislativas de Israel

El Partido Laborista de Isaac Rabin parecía anoche destinado a encabezar el próximo Gobierno israelí y a dar nuevo impulso al proceso de paz iniciado en Madrid el pasado mes de octubre. Las proyecciones efectuadas por la televisión isrealí sobre un 12% de votos de las elecciones legislativas celebradas ayer en Israel dieron a la oposición laborista 45 escaños en el Parlamento, de 120 representantes, siete más que en las elecciones de 1988. El partido Likud, del primer ministro Isaac Shamir, obtuvo 33 escaños, cinco menos que entonces. Rabin, casi seguro nuevo primer ministro, declaró ayer que ...

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El Partido Laborista de Isaac Rabin parecía anoche destinado a encabezar el próximo Gobierno israelí y a dar nuevo impulso al proceso de paz iniciado en Madrid el pasado mes de octubre. Las proyecciones efectuadas por la televisión isrealí sobre un 12% de votos de las elecciones legislativas celebradas ayer en Israel dieron a la oposición laborista 45 escaños en el Parlamento, de 120 representantes, siete más que en las elecciones de 1988. El partido Likud, del primer ministro Isaac Shamir, obtuvo 33 escaños, cinco menos que entonces. Rabin, casi seguro nuevo primer ministro, declaró ayer que al frente del nuevo Gobierno de Israel concretarán "todas las promesas" hechas al pueblo. Mientras, Shamir advertía al mundo que no debe celebrar todavía la caída del Likud: "Vive, existe y continuará su justa lucha por la liberación total del pueblo de Israel", añadió.La suerte, sin embargo, parecía echada. Rabin comenzará de inmediato a consultar con los partidos de izquierda para firmar una coalición sin el partido del Likud, lo que devolvería el poder al laborismo después de 15 años. Analistas políticos se inclinaban a pensar que, a fin de evitar una fractura radical en el aparato político de Israel, Rabin podría proponer en las próximas horas un Gobierno de unidad con el Likud.

El triunfo aparente de Rabin da un espaldarazo a la flexibilidad laborista frente al proyecto de paz basado sobre la fórmula de "paz a cambio de territorios" de Shamir y abre posibilidades reales para discusiones de fondo sobre la autonomía de los palestinos.

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