Lós sindicatos mexicanos reeligen a su rey

Fidel Velázquez, de 92 años, confirmado como líder de los trabajadores hasta 1998

Es el líder sindical más veterano del mundo y está dispuesto a morir con las botas puestas. Nacido con el siglo, Fidel Velázquez -Don Fidel, para todos los mexicanos- fue reelegido el martes por un periodo de seis años más al frente de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), el sindicato más poderoso del país. Él es la excepción en un país inmerso en un cambio generacional que está enviando a la reserva a los grandes dinosaurios del sistema.Don Fidel, un hombre que sólo tiene estudios primarios y que accedió al sindicalismo desde el gremio de los lecheros, es un caso aparte. P...

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Es el líder sindical más veterano del mundo y está dispuesto a morir con las botas puestas. Nacido con el siglo, Fidel Velázquez -Don Fidel, para todos los mexicanos- fue reelegido el martes por un periodo de seis años más al frente de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), el sindicato más poderoso del país. Él es la excepción en un país inmerso en un cambio generacional que está enviando a la reserva a los grandes dinosaurios del sistema.Don Fidel, un hombre que sólo tiene estudios primarios y que accedió al sindicalismo desde el gremio de los lecheros, es un caso aparte. Pese a su avanzada edad, ejerce un poder absoluto -no exento de paternalismo- sobre este sindicato que acaba de concluir su 12º congreso. Además, gracias a su política oficialista, cuenta con el apoyo del Partido Revolucionario Institucional (PRI), en el poder desde hace casi 63 años.

Desde su creación en 1936, la CTM, la central que aglutina a los principales sindicatos sectoriales de México, ha sido un brazo más del todopoderoso partido gobernante. El propio Velázquez ha sido colaborador, y se precia de ello, de todos los presidentes mexicanos. El último, Carlos Salinas de Gortari, le brindó recíproca confianza el lunes asistiendo a la inauguración de su congreso.

Esta reelección permite a Don Fidel, siempre con gafas oscuras y vestido con trajes impecables, mantener el mando de una organización con seis millones de afiliados. Su camarilla en el sindicato considera que su veteranía y sus conocimientos le han hecho insustituible porque nadie más que él conoce los entresijos del movimiento obrero mexicano y es un hombre escuchado con respeto por la máxima instancia de la nación. Sus detractores le tachan de colaboracionista con el Gobierno y los poderes fácticos.

Fue precisamente él quien meses pasados se atrevió a levantar públicamente una de las polémicas que más intriga ahora en México: la reelección presidencial. Pese a que la presidencia de la República insiste en que no se va a modificar el artículo de la Constitución que impide la repetición por otros seis años del presidente, Velázquez dijo que Salinas lo estaba. haciendo tan bien que merecía continuar después de 1994.

Don Fidel, que acaba de declarar que seguirá en el cargo "hasta que el cuerpo. aguante", es el prototipo del líder político hecho desde abajo, que ha asumido como compromiso personal llegar al lecho de muerte al mando de la nave, a pesar de que en 1983 aseguré a The Times: "No podría seguir al frente del CTM dentro de 10 años".

La permanencia vitalicia en los cargos se repite en las organizaciones sociales y los sindicatos de México, salvo cuando sus líderes ven truncadas sus carreras después de que la justicia compruebe que están podridos por la corrupción. Así ocurrió hace tres años con Joaquín Hernández Galicia, La Quina, el influyente líder sindical petrolero que se hizo multimillonario cobrando comisiones a sus afiliados y que hoy está en la cárcel.

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