Berlusconi quiere La Cinq pese a la oposición de las principales cadenas de Francia

Silvio Berlusconi sigue dispuesto a reconquistar La Cinq, la cadena francesa en suspensión de pagos desde el pasado diciembre. Y ello pese a la oposición del presidente François Mitterrand, la primera ministra Edith Cresson y las dos principales empresas privadas de la televisión francesa, TF-1 y Canal Plus. Su Eminenza, apodo irónico del hombre de negocios milanés, no es de los que piensan que en Francia hay. una cadena generalista de más. Sus rivales, por el contrario, creen que la muerte de La Cinq puede sanear el congestionado paisaje audiovisual francés.El administrador judicial de...

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Silvio Berlusconi sigue dispuesto a reconquistar La Cinq, la cadena francesa en suspensión de pagos desde el pasado diciembre. Y ello pese a la oposición del presidente François Mitterrand, la primera ministra Edith Cresson y las dos principales empresas privadas de la televisión francesa, TF-1 y Canal Plus. Su Eminenza, apodo irónico del hombre de negocios milanés, no es de los que piensan que en Francia hay. una cadena generalista de más. Sus rivales, por el contrario, creen que la muerte de La Cinq puede sanear el congestionado paisaje audiovisual francés.El administrador judicial de la agonizante cadena y el Tribunal de Comercio de París deben dar una respuesta en los próximos días al plan de salvamiento presentado por Berlusconi.

Dada la dimensión del mercado publicitario francés, la única posibilidad de que La Cinq sea rentable, según André Rousselet, presidente de Canal Plus Francia, estriba en el no respeto de la reglamentación impuesta por el Estado a las cadenas generalistas. Berlusconi, el número dos de la televisión europea y uno de los cinco grandes condottieri de las finanzas italianas, replica que él piensa respetar la estricta reglamentación francesa y al mismo tiempo dar su "sello personal" a la cadena y ganar dinero.

Un espeso misterio sigue rodeando la cuestión de los posibles socios del italiano en la operación de salvamento de La Cínq. El representante de Berlusconi en Francia, Angelo Codignoni, da a entender que la contraofensiva de TF- 1 y Canal Plus ha dado resultados. "Las puertas se cierran en nuestras narices como si tuviéramos el sida", dice.

Si Berlusconi fracasa, La Cinq puede ser la primera gran víctima mortal de las televisiones privadas nacidas en Europa en los años ochenta. En ese caso, TF-1, Canal Plus y M-6 desarrollarían su proyecto de ocupar su hueco con un canal de información permanente, una especie de CNN francesa. Ese proyecto chocaría con la voluntad del ministro de Cultura, Jack Lang, de instalar en el lugar de La Ciriq la cadena franco-alemana de difusión cultural La Sept.

Cuando el pasado diciembre el grupo editorial Hachette, último operador de La Cinq, arrojó la toalla, las pérdidas de la cadena en 1991 se elevaban a 1.121 millones de francos, y las acumuladas, a 4.000 millones de francos.

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