Un adiós a la medida de Magic

Earvin Johnson se despide de las canchas sin descartar su posible participación en Barcelona 92

"Si éste fuera mi último partido no hubiera podido imaginar un final más perfecto para mi historia". Cansado por el esfuerzo y casi trastornado por la emoción del momento, Earvin Magic Johrison se despedía, tal vez para siempre, de las canchas de baloncesto después de jugar en Orlando (Florida) el partido de All Stars de la NBA. Mientras público y jugadores le agasajaban al final del encuentro, Magic eludió cualquier comentario sobre el futuro. La estrella más valiosa del firmamento del baloncesto estadounidense dejó en incógnita su participación en los Juegos Olímpicos de Barcelona.Est...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

"Si éste fuera mi último partido no hubiera podido imaginar un final más perfecto para mi historia". Cansado por el esfuerzo y casi trastornado por la emoción del momento, Earvin Magic Johrison se despedía, tal vez para siempre, de las canchas de baloncesto después de jugar en Orlando (Florida) el partido de All Stars de la NBA. Mientras público y jugadores le agasajaban al final del encuentro, Magic eludió cualquier comentario sobre el futuro. La estrella más valiosa del firmamento del baloncesto estadounidense dejó en incógnita su participación en los Juegos Olímpicos de Barcelona.Esta era la primera vez que Magic jugaba en un torneo desde que, el pasado 7 de noviembre, anunció su retirada del baloncesto profesional por estar contaminado por el virus del sida. "Me pasé toda la semana intentando escribir este libreto. Ha sido como estar frente a mi máquina de escribir y decir: éste es mi final". Y es que algunas escenas del domingo en la cancha de Orlando, la ciudad que alberga el complejo Disneyworld, fueron casi como una película de Walt Disney. Justo antes comenzar el partido, los jugadores del Este, el equipo rival, se acercaron a él, le besaron y le abrazaron. "Queríamos hacerle sentir a gusto", dijo Isaiah Thomas, base de los Pistons de Detroit. "Creo que se quedó sorprendido al vernos venir a todos nosotros".

Cada uno de los jugadores se le acercó y le tocó de una manera u otra, dejando claro que el sida es una enfermedad grave que no se adquiere a través de contacto casual. Thomas le besó en la mejilla. Charles Barkley, el alero charlatán que inicialmente había criticado la participación de Johnson, hizo lo mismo. Michael Jordan le dio la mano. Patrick Ewing, un abrazo fuerte.

"Le estábamos rindiendo un tributo", dijo Michael Jordan. "No noté ninguna lágrima en sus ojos, y tampoco quise dejar ver ninguna en los míos. Pero sí, todos estábamos conmovidos".

Johnson, de 32 años, había dicho el viernes que grabaría el partido en el vídeo de su casa para conservarlo como recuerdo para el niño que espera su mujer: "Puede que sea mi último partido. Quiero que mi hijo o hija me vea jugando con todos estos All Stars". Pero ese niño también verá a su padre en su momento cumbre. Si Johnson realmente se ha despedido para siempre, lo ha hecho triunfalmente y dejando un recuerdo eterno. Su equipo del Oeste ganó fácilmente por 153-113 y Johrison cerré el espectáculo con tres triples en los últimos minutos.

El último triple colmó la malla cuando restaban 14,5 segundos de juego. Johnson, a nueve, metros de distancia, empujó el balón con una mano mientras se caía de espaldas. Los jugadores de ambos equipos le cayeron encima, y Johnson levantó la mano derecha en señal de número uno, una imagen que nadie le negará.

Archivado En