Reportaje:GENTE EN VERANO

"Ser rico es tan duro, como ser pobre"

Tita Cervera descansa a 150 metros del mar Mediterráneo

Cuando la baronesa Thyssen saca las piernas de la cama que tiene en su chalé estilo colonial de Marbella, sólo 150 metros de jardín perfectamente cultivado la separan de] mar Mediterráneo. Entonces se baña, pueden ser las diez de la mañana, desayuna fuerte y trabaja durante dos horas en supervisar la administración de las 10 casas que los barones tienen repartidas por el ancho mundo. Una buena siesta después, un almuerzo-cena a eso de las siete de la tarde, y comienza a engalanarse para asistir con el barón a alguna fiesta privada que muy probablemente se prolongará hasta el amanecer en otro j...

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Cuando la baronesa Thyssen saca las piernas de la cama que tiene en su chalé estilo colonial de Marbella, sólo 150 metros de jardín perfectamente cultivado la separan de] mar Mediterráneo. Entonces se baña, pueden ser las diez de la mañana, desayuna fuerte y trabaja durante dos horas en supervisar la administración de las 10 casas que los barones tienen repartidas por el ancho mundo. Una buena siesta después, un almuerzo-cena a eso de las siete de la tarde, y comienza a engalanarse para asistir con el barón a alguna fiesta privada que muy probablemente se prolongará hasta el amanecer en otro jardín particular. ¿Qué se dice, qué se hace en esas fiestas?"Se coquetea mucho. La gente te dice lo guapa que estás y de dónde son esos pendientes y qué vestido más mono llevas. Sí te cae al lado alguien simpático, te lo pasas bien cenando. Después se baila mucho, entre árboles y oliendo a dama de noche. El otro día, por ejemplo, coqueteé con Sean Connery y fue algo muy sano y agradable".

Dice que los hombres siempre le echan piropos a sus piernas, y cuando ellos le dicen al barón: "Vaya par de piernas que tiene tu mujer", él contesta que por eso se casó con ella. Sin embargo, son sus dientes, de un blanco insoportable, la parte del cuerpo que más dedicación recibe. "Cambio de cepillo cada 15 días, y las pastas, hechas con cosas naturales, las cambio frecuentemente".

Con la misma facilidad que decora su casa hace lo propio con los museos. "En algunos museos vamos a cobrar dinero por la entrada para dedicarlo a obras benéficas, porque ese precio es insignificante, puede ser lo que se gasta uno en tomar una copa o en ir al cine".

-¿Cuánto cuesta una entrada de cine?

-Eso digo yo, ¿Cuánto cuesta?

-¿Cuánto cree?

-¿Setecientas, ochocientas pesetas? No sé, es que hace años que no vamos al cine.

Quiere guardar un margen de tiempo para obras de caridad. "Tengo varios niños adoptivos. Me dicen cómo van sus estudios y veo sus fotos cada tres meses o los veo desde lejos, pero no les digo que mi marido y yo somos sus padres porque les crearía problemas".

Le consta que algunos de sus amigos la invitan para que sus fiestas adquieran peso y renombre, pero lo asume. "Ser rico es tan duro y tan complicado como ser pobre".

La señora Thatcher -de nacionalidad española- es la encargada de recibir las 100 llamadas telefónicas que llegan diariamente a su chalé. Las llamadas y la vigilancia continua de los body guard es el tributo que tiene que pagar por la riqueza y la fama. Para desprenderse de la última, la baronesa dispone de una magnífica peluca morena con la que realiza sus incursiones en la noche marbellí.

Durante el tiempo en que veranea en la Costa del Sol sólo concede una entrevista a la prensa. En la de este año, 19 fotógrafos enfocaron sin cesar una sonrisa que se abrió a las diez de la mañana y se cerró dos horas después. "A veces pienso que la boca me tiembla de tanto esfuerzo". Sabe que su imagen y declaraciones serán devoradas por cientos de miles de amas de casa. ¿Qué les diría la baronesa?: "Que sean positivas y piensen que cada uno está en el sitio que Dios le ha designado y que si yo estoy aquí será porque Dios habrá visto algo en mí y así lo ha querido".

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