Directivos de las cadenas privadas españolas y portuguesas debaten sobre el mercado televisivo

Mientras que las televisiones privadas han asumido claramente un objetivo mercantil, las televisiones públicas deben definir el suyo, fundamentalmente en el tema de la financiación, todo ello en un mercado televisivo que aparece distorsionado y con un sistemático incumplimiento de las normativas legales vigentes. Éstas fueron algunas de las conclusiones de una mesa redonda sobre El nuevo paisaje de la comunicación, celebrada en Cáceres en el mareo del I Seminario Hispano-Portugués de Periodismo, y en el que por primera vez coincidieron directivos españoles y portugueses de las caden...

Mientras que las televisiones privadas han asumido claramente un objetivo mercantil, las televisiones públicas deben definir el suyo, fundamentalmente en el tema de la financiación, todo ello en un mercado televisivo que aparece distorsionado y con un sistemático incumplimiento de las normativas legales vigentes. Éstas fueron algunas de las conclusiones de una mesa redonda sobre El nuevo paisaje de la comunicación, celebrada en Cáceres en el mareo del I Seminario Hispano-Portugués de Periodismo, y en el que por primera vez coincidieron directivos españoles y portugueses de las cadenas privadas de televisión.

Miguel Ángel Aguilar, moderador del debate, repitió insistentemente que "el Estado ha dejado de creer en el servicio público, y esa falta de convicción da paso a consecuencias importantes". El secretario general de Antena 3 Televisión, Luis Ezcurra, fue especialmente crítico hacia la doble financiación de las televisiones públicas, vía presupuestos y publicidad. Ezcurra denunció el incumplimiento de las normas legales por parte de RTVE y las autonómicas, exigiendo que clarifiquen su financiación: "No vale con limitar la publicidad. o subvención o publicidad.

El director gerente de Canal +, Silvio González Moreno, no consideró a su canal "competitivo" con otras televisiones, sino "complementario". Denunció que el doble sistema de financiación de las televisiones públicas españolas supone "una distorsión del mercado", obligándose a los empresarios a "renunciar a determinados productos o a pagar unos precios muy altos".