GENTE

Jacques Lesourne

Un miembro más de la familia de 'Le Monde'

A los 62 años su vida ha dado un trascendental vuelco. Ha dejado atrás una larga experiencia de profesor de Economía y de auditor de cuentas para entrar de lleno en el mundo de la prensa. Desde hace cuatro meses es el primer director que no es periodista de profesión de Le Monde, el prestigioso diario francés. Sin embargo, Jacques Lesourne, un hombre que parece ajeno a lo mundano, se siente ya un miembro más de la familia de Le Monde y dice no echar de menos su trabajo anterior -lo realmente duro de esta etapa son los tremendos madrugones a que le obliga la actividad de un di...

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A los 62 años su vida ha dado un trascendental vuelco. Ha dejado atrás una larga experiencia de profesor de Economía y de auditor de cuentas para entrar de lleno en el mundo de la prensa. Desde hace cuatro meses es el primer director que no es periodista de profesión de Le Monde, el prestigioso diario francés. Sin embargo, Jacques Lesourne, un hombre que parece ajeno a lo mundano, se siente ya un miembro más de la familia de Le Monde y dice no echar de menos su trabajo anterior -lo realmente duro de esta etapa son los tremendos madrugones a que le obliga la actividad de un diario vespertino-. Su pertenencia a la familia de Le Monde le viene dada, según explica él mismo, por el hecho de que la designación del director de este periódico francés es el "resultado democrático" de una elección que tiene que contar con una mayoritaria unanimidad. El director de Le Monde tiene que contar con el apoyo de la sociedad de redactores. La mayoría requerida en la asamblea general de la sociedad editora para su elección es del 75% de las partes del capital; la sociedad de redactores dispone de algo más de un 32%, suficiente para bloquear una decisión.Lesourne, que la semana pasada estuvo en Madrid en una visita informativa junto a una delegación de capitanes de empresa franceses, se defiende, frente a la pregunta de qué hace un economista al frente de Le Monde afirmando: "Yo no soy sólo economista. Soy ingeniero, y y parte de mi vida profesional ha estado dedicada a dirigir proyectos y empresas de carácter intelectual, con profesionales autónomos, además de estár interesado desde siempre, en cuestiones internacionales y políticas".

Lesourne se ha fijado una meta que califica de "apasionante": preparar Le Monde ante el reto del año 2000, para que el periódico siga siendo el gran diario de referencia para los franceses y para muchos europeos. Una meta que se inscribe dentro del mundo de la prensa en general, en medio de la invasión de la sodiedad audiovisual. "Pienso que la revolución rumana y la guerra del golfo Pérsico han mostrado los límites de la información audiovisual, que se circunscribe al instante, sin entrar en la trascendencia y profundidad de la noticia, que es lo que la prensa escrita debe aportar a la información", reflexiona Lesourne.

El patrón de Le Monde, que se ha encontrado con una situación económica complicada (la reducción publicitaria en Francia en los años 1990 y 1991 ha afectado al periódico, embarcado en un costoso proceso de modernización), proyecta un plan de reactivación con una reducción de efectivos -"aunque sin tocar lo esencial"-, que se completa con el aumento del precio del diario a seis francos (unas 110 pesetas).

Lesourne, nacido en La Rochela, de padre oficial del Ejército francés, dirigió el servicio de estudios de Charbonnages de Francia y luego la SEMA, sociedad de asesoramiento económico. Hasta su elección como director de Le Monde ejercía de profesor de Economía y Estadística Industrial en el Conservatorio Nacional de Artes y Oficios.

Aunque califica de tremendamente agradable el estar al frente de un gran equipo profesional -"es un estímulo existencial"-, Lesourne, que se ha comprometido a no estar más de cinco años en la dirección, espera retomar entonces su trabajo de investigador económico.

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