GENTE

Catherine Allard

La nueva imagen del Ballet Lírico

Catherine Allard llegó a Madrid en la maleta de Nacho Duato, desde La Haya, junto a otros dos miembros del Netherlands Dance Theatre cuando fue nombrado director artístico del Ballet Lírico Nacional. Su figura menuda, quinceañera a pesar de haber cumplido ya los 30, es la que marca el punto al que Duato quiere llegar con los españoles. Su nueva imagen Con las piezas de Nacho Duato, se ha podido sentir ya en varias ocasiones su punzante manera de atacar los movimientos: en Arenal era un grito de emoción. En Empty, ofrecida días pasados en Madrid, volvió a presentar una imagen rápi...

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Catherine Allard llegó a Madrid en la maleta de Nacho Duato, desde La Haya, junto a otros dos miembros del Netherlands Dance Theatre cuando fue nombrado director artístico del Ballet Lírico Nacional. Su figura menuda, quinceañera a pesar de haber cumplido ya los 30, es la que marca el punto al que Duato quiere llegar con los españoles. Su nueva imagen Con las piezas de Nacho Duato, se ha podido sentir ya en varias ocasiones su punzante manera de atacar los movimientos: en Arenal era un grito de emoción. En Empty, ofrecida días pasados en Madrid, volvió a presentar una imagen rápida fluida y claramente diferencia da del resto.No comenzó la técnica del ballet hasta los 14 años, y, curiosamente, lo hizo como primera alumna de Víctor Ullate y Carmen Roche, que abrían entonces un estudio en Bruselas, ciudad natal de Catherine. Con 17 años se cambió a la famosa escuela Mudra, de Béjart, donde el canto, el teatro y otras facetas de la escena le dieron "una amplitud de espíritu artístico". Al año rechazó la oferta de entrar en la compañía de Maurice Béjart, pero en el segundo curso de estudio se sintió tan atraída por el Netherlands que pidió una audición y fue admitida. Desde esto hace 10 años.

Su cara ovalada, de ojos separados y grandes, tiene una expresión dulce. "Creo que me han aceptado bien", contesta tomándose un tiempo a la pregunta sobre los recelos dentro del Lírico. "Es lógico que hubiera distancia, sobre todo al principio", dice como disculpa, mientras reconoce que echa de menos ese grupo más reducido que era el Netherlands, donde "no te podías sentir extranjero porque había muchas nacionalidades. Aquí es diferente, ya que, al ser todos españoles, te hace sentirte extraña".

El temor a molestar le impide ofrecer su experiencia de movimiento a otros bailarines, aunque le gustaría. Tampoco Duato quiere lucirla mucho, quizá para evitar rechazos. Por ello, esta espléndida bailarina tiene todavía sus actuaciones muy reducidas.

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