GENTE

Samuel Toledano

Un sefardí, en la hora del reencuentro

Las raíces de Samuel Toledano en la ciudad del Tajo que dio origen a su apellido se remontan al siglo XII. Un antepasado llamado José, el más antiguo que Samuel ha podido identificar en su árbol genealógico, fue gran rabino de Toledo, allá por el siglo XV. A otro, llamado Daniel, le tocó vivir en 1492 y tomar las de Villadiego.La mención de la muy católica Isabel de España no le resulta, por ello, especialmente grata. "El intento de beatificarla me parece completamente negativo porque es el símbolo de la intolerancia, y no sólo para nosotros, también para los musulmanes", dice.

Samuel T...

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Las raíces de Samuel Toledano en la ciudad del Tajo que dio origen a su apellido se remontan al siglo XII. Un antepasado llamado José, el más antiguo que Samuel ha podido identificar en su árbol genealógico, fue gran rabino de Toledo, allá por el siglo XV. A otro, llamado Daniel, le tocó vivir en 1492 y tomar las de Villadiego.La mención de la muy católica Isabel de España no le resulta, por ello, especialmente grata. "El intento de beatificarla me parece completamente negativo porque es el símbolo de la intolerancia, y no sólo para nosotros, también para los musulmanes", dice.

Samuel Toledano nació en Tánger, donde su familia se estableció en el siglo XVIII. Salónica y Fez fueron dos hitos previos de la diáspora de sus antepasados, que siguieron cultivando el rabinato y también la diplomacia. Varios Toledano representaron a Marruecos en el Reino Unido y Holanda. "En España no, porque subsistía el problema histórico, aunque, al estar en Tánger, nosotros nunca rompimos realmente con nuestras raíces", comenta Samuel Toledano.

Él regresó en los años cincuenta a España, donde trabaja en una empresa de alta tecnología relacionada con las comunicaciones. Estos días ha estado en Jerusalén, presidiendo la delegación española en el Congreso Mundial Judío, y la Universidad hebrea de la ciudad le ha distinguido con un grado honorífico por su ayuda a la negociación del acuerdo entre la comunidad judía y España.

"Deploro la decisión del Gobierno de Israel de no participar en la Expo de Sevilla, porque hubiera sido una ocasión excelente para conmemorar este reencuentro, que también es el reencuentro de España consigo misma. La explicación que nos han dado es que hay problemas de presupuesto, relacionados con la absorción de los inmigrantes soviéticos. Puede que haya habido falta de sensibilidad de algún ministro", dice.

No obstante, Samuel Toledano se resiste a criticar al Gobierno israelí. "Nuestro Gobierno es el español", afirma, "y aquí vemos los toros desde la barrera". La actitud de Israel con respecto a los territorios ocupados le parece "prudente". "Si los Estados árabes cesaran su guerra con Israel, la situación sería muy distinta, y las posibilidades de arreglo, mucho mayores", señala.

Considera que el momento es de optimismo. "Los vientos del desierto pueden traer una oportunidad única de cambio", dice, aludiendo a la guerra del Golfo. "Ésta es la primera vez que países árabes aliados con países occidentales se ericuentran en guerra con otro país árabe", añade.

"Me niego a creer que el enfrentamiento entre judíos y musulmanes tenga que ser inevitable. Cuando salimos de España, los sefardíes nos instalamos fundamentalmente en países árabes y en el imperio otomano, y nunca tuvimos problemas de convivencia", concluye.

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