El Jefe del KGB acusa a Occidente de sabotear a la URSS

Occidente sabotea a la Unión Soviética. Ésta es la tajante acusación lanzada ayer por el jefe del Comité de Seguridad del Estado (KGB), Vladímir Kriuchkov. Es otro elemento dramático a sumar a los que en los últimos días han sacudido a la URSS: amenaza de Mijaíl Gorbachov de imponer el estado de excepción en las repúblicas rebeldes y dimisión de uno de los máximos impulsores de la perestroika, el ministro de Exteriores, Edvard Shevardnadze.

Kriuchkov dirigió sus dardos hacia las agencias de espionaje occidentales que, señaló, incrementan en estos tiempos turbulentos la recogida de datos...

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Occidente sabotea a la Unión Soviética. Ésta es la tajante acusación lanzada ayer por el jefe del Comité de Seguridad del Estado (KGB), Vladímir Kriuchkov. Es otro elemento dramático a sumar a los que en los últimos días han sacudido a la URSS: amenaza de Mijaíl Gorbachov de imponer el estado de excepción en las repúblicas rebeldes y dimisión de uno de los máximos impulsores de la perestroika, el ministro de Exteriores, Edvard Shevardnadze.

Kriuchkov dirigió sus dardos hacia las agencias de espionaje occidentales que, señaló, incrementan en estos tiempos turbulentos la recogida de datos sobre el sistema político de la URSS, su defensa, su potencial técnico-científico y sus reservas estratégicas. La norteamericana CIA, concretó, ha creado un departamento especial para influir sobre el movimiento obrero soviético y trabaja activamente para favorecer la fuga de cerebros.Kriuchkov reconoció., no obstante, que el enemigo también está en casa y que la principal fuente de inestabilidad se halla en los movimientos nacionalistas, que cuentan con unos 26.000 hombres armados. Ayer, Mijaíl Gorbachov amenazó con medidas de fuerza en Moldavia si no acaban los enfrentamientos étnicos en el plazo de 10 días.

Según el jefe del KGB, algunos países intentan aprovecharse de la caótica situación Y envían alimentos con radiactividad por encima de lo permitido (un 40% del trigo importado se encuentra en mal estado, dijo), maquinaria vieja y equipos perjudiciales para el medio ambiente.

El dimitido ministro de Exteriores, Edvard Shevardnadze, no tiene una visión tan catastrofista. En el discurso que iba a pronunciar el pasado jueves, y que fue distribuido ayer, aseguraba: "Nadie utilizó ni uno de los factores que debilitan al país para crear problemas suplementarios o hacernos daño. Al contrario, todos aspiran a ayudarnos de forma desinteresada porque ven una enorme amenaza para sus intereses nacionales en nuestra desintegración interna".

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Más información en páginas 1 a 3 de, Domingo