España, un cliente cada vez mas atractivo para las productoras ajenas

España es uno de los clientes más atractivos para los productores de películas y programas de televisión que han asistido al Mercado Internacional de Cannes, que acaba de concluir. Sin embargo, muchas de estas productoras y distribuidoras extranjeras coinciden en afirmar que tratar con las cadenas españolas es como jugar un póquer: se puede pedir un precio desmesurado por un programa discreto y no hay problema, y, a la inversa, a veces se tiene que regatear y bajar a una cifra poco importante por un programa de mucha mayor envergadura.Entre las diferentes cadenas españolas -autonómicas, privad...

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España es uno de los clientes más atractivos para los productores de películas y programas de televisión que han asistido al Mercado Internacional de Cannes, que acaba de concluir. Sin embargo, muchas de estas productoras y distribuidoras extranjeras coinciden en afirmar que tratar con las cadenas españolas es como jugar un póquer: se puede pedir un precio desmesurado por un programa discreto y no hay problema, y, a la inversa, a veces se tiene que regatear y bajar a una cifra poco importante por un programa de mucha mayor envergadura.Entre las diferentes cadenas españolas -autonómicas, privadas o TVE- es moneda común también acusarse mutuamente de la subida que han experimentado los precios. Muchas veces, cuando una de ellas va a comprar un programa, se encuentra que otra ha ofrecido ya antes una cifra descabellada. Los comentarios sobre lo que se ha pagado por este o aquel programa menudean, y el culpable siempre es el otro. El director de Televisión Española, Ramón Colom, cree que ello es "una consecuencia lógica de la propia dinámica de mercado". Lo cierto es que hasta ahora nunca se habían firmado grandes contratos exclusivos, como el de TVE con Warner Bros, o el de la FORTA (federación de televisiones autonómicas) con Orion.

Los catálogos de filmes norteamericanos continúan siendo el capítulo de venta más fuerte, por delante de los programas televisivos. Pero hay una actividad que está desplegando un enorme desarrollo: el de las coproducciones. Los costes suben de forma imparable y la necesidad de compartirlos es cada vez mayor. La novedad es, en el caso de España , que a los tradicionales coproductores europeos se están sumando otros menos habituales, como la norteamericana Lorimar o la Globo TV de Brasil, al mismo tiempo que la colaboración española adquiere mayor peso.

"Creo que la producción propia tendrá un despegue en los próximos años", dijo por su parte en Cannes Ramón Colom, quien también insistió en la importancia de las coproducciones, sobre todo en proyectos de alto coste.

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