GENTE

Fanny Sunesson

Una golfista sueca, ayudante de Nick Faldo

No es la primera mujer que ejerce como ayudante. Tampoco será la última. Pero de momento es indiscutiblemente la más famosa. Fanny Sunesson, una sueca rubia y algo gordita, que hasta hace muy pocos años trabajaba de recepcionista y camarera en un hotel de Gotemburgo, se ha convertido en el complemento ideal del golfista inglés Nick Faldo, que el domingo consiguió vencer por segunda vez en el Open Británico. Ella no se limita a llevarle la bolsa de palos, contrastar con él la distancia de cada golpe y la dirección del viento o sostenerle la bandera en los putts largos como referencia dir...

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No es la primera mujer que ejerce como ayudante. Tampoco será la última. Pero de momento es indiscutiblemente la más famosa. Fanny Sunesson, una sueca rubia y algo gordita, que hasta hace muy pocos años trabajaba de recepcionista y camarera en un hotel de Gotemburgo, se ha convertido en el complemento ideal del golfista inglés Nick Faldo, que el domingo consiguió vencer por segunda vez en el Open Británico. Ella no se limita a llevarle la bolsa de palos, contrastar con él la distancia de cada golpe y la dirección del viento o sostenerle la bandera en los putts largos como referencia directa del hoyo. Ella está capacitada para realizar un trabajo más importante, y lo realiza. No en vano es golfista. Su handicap (categoría), un 5 -el teórico de los profesionales es el 0-, demuestra que sabe de sobra de qué va este deporte.A sus 23 años tiene ya suficiente experiencia como para comprender cuál es su sitio. Con simpatía, pero con inflexibilidad, se niega a conceder entrevistas. La seriedad es una norma de conducta para ella. No quiere incurrir en ningún desliz si emite algún comentario sobre Faldo más allá de lo evidente. Procura no descubrir sus cartas, como tampoco descubrió las del también inglés Howard Clark, las del brasileño Jaime Gonçales o las de José Rivero, a los que ha servido en los campos con anterioridad.

Su vinculación a Faldo es reciente. Apenas data de abril, del pasado Masters de Augusta. Su jefe ya lo había ganado 12 meses atrás, pero con ella reeditó su éxito. Después de rozarlo en el Open de Estados Unidos se ha hecho con él de nuevo en el Open Británico. A Faldo no le duelen prendas: "Cuatro ojos ven más que dos. Además, ella lee muy bien las caídas de los greens. A veces nos ponemos ambos en la misma línea para comprobar si coincidimos. Otras lo hacemos en la opuesta para ampliar la perspectiva y descubrir cualquier irregularidad del césped". No sólo eso. El golfista ha confesado que la presencia de Fanny le resulta relajante. "Cuando vamos caminando por el campo, ella me pregunta: '¿Cuántas habitaciones va a tener tu nueva casa? ¿Vas a comprarte un perro?'. Tenemos muy pocos secretos entre nosotros", ha dicho Faldo.

Y para demostrarlo, Faldo invitó el domingo a su ayudante a la fiesta que celebró para festejar su victoria, algo que no es lo corriente dentro del mundo de este deporte, según la agencia Reuter.

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