GENTE

Sancho Gracia

La vuelta al teatro tras 16 años de ausencia

Mañana, Sancho Gracia actuará en el escenario de un teatro tras 16 años de ausencia. Será el capataz en la obra Combate de negro y de perros, de Bernard Marie Koltés, que, dirigida por Miguel Narros, se estrena en el teatro María Guerrero de Madrid, sede del Centro Dramático Nacional. Comparte reparto con Antonio Valero, Pilar Bayona y Alain Lukusa. En opinión de Sancho Gracia, la obra de Koltés, considerado un enfant terrible del teatro francés, que murió de sida el año pasado, refleja el individualismo del hombre y el nulo entendimiento entre las personas. Su personaje, el capa...

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Mañana, Sancho Gracia actuará en el escenario de un teatro tras 16 años de ausencia. Será el capataz en la obra Combate de negro y de perros, de Bernard Marie Koltés, que, dirigida por Miguel Narros, se estrena en el teatro María Guerrero de Madrid, sede del Centro Dramático Nacional. Comparte reparto con Antonio Valero, Pilar Bayona y Alain Lukusa. En opinión de Sancho Gracia, la obra de Koltés, considerado un enfant terrible del teatro francés, que murió de sida el año pasado, refleja el individualismo del hombre y el nulo entendimiento entre las personas. Su personaje, el capataz, "es un personaje simplote, pero listo, ladino y retorcido, que resulta ser el más cruel".Sancho Gracia está encantado con su regreso a los escenarios. "¿Cómo iba a rechazar esta proposición, trabajando con este director y estos actores". Una decisión en la que también ha tenido un peso específico la función única diaria desde que comenzaran los ensayos, hace dos meses, Sancho Gracia ha engordado unos kilos -"el capataz tiene que tener una voluminosa presencia en el escenario"-, se ha medio rapado el pelo y ha dejado de jugar al fútbol -"soy malísimo"-. A sus 53 años, sus cuidados se han acrecentado hasta el punto de afirmar que desde hace dos meses vive entre algodones. "Esto del teatro es muy serio".

Sancho Gracia, nacido en Madrid, abandonó España con sus padres a la edad de 16 años para emigrar a Uruguay. Fue en este país, por el que siente un enorme afecto -"allí me eduqué, allí me enamoré, allí me casé"-, donde comenzó su carrera artística en el teatro de la mano de Margarita Xirgú. Desde su regreso a España, en 1962, casi no hay papel en el teatro o en el cine que no haya realizado. "A mí no me ha interesado demostrar nada. Ahí está mi currículo. Yo de lo único que me he preocupado ha sido de trabajar", dice casi a la defensiva.

De todos los papeles que ha representado hay uno que forma parte ya de su esencia misma: Curro Jiménez. La serie de televisión en la que representó al personaje del bandolero andaluz, emitida hace ya 12 años y de la que él mismo fue productor, le lanzó a la fama popular. Todo el mundo le conoce como Curro Jiménez. Sin embargo, no le molesta nada. "Para mí es un placer. Fue una etapa estupenda de mi vida. Si sólo hubiera hecho Curro Jiménez quizá me molestaría ser conocido por ese personaje, pero teniendo en cuenta mi extenso trabajo no me supone ningún problema. La televisión tiene sus ventajas y sus inconvenientes, pero lo que yo digo es que la popularidad desgasta al que no la tiene".

Es de todos conocida su afición por el fútbol y su pasión por el Real Madrid y, en menor medida, por la Real Sociedad. "El fútbol es un arte, una ciencia de cómo un individuo pone su cuerpo al servicio de un fin. Por supuesto que me gustan los jugadores inteligentes y no los tuercebotas".

El ladino y retorcido personaje del capataz que mañana le hará subir al escenario no tiene nada que ver con él, según se encarga de advertir enseguida. La verdad es que no hace falta que lo advierta, porque también enseguida se adivina que es una persona que va al grano y sin ninguna diplomacia. Quizá esconda su timidez con cierta brusquedad un tanto campechana. Sancho Gracia reconoce ser una persona difícil de trato y tener muy pocos amigos, pero magníficos.

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