Crítica:CINE EN TELEMADRID

Dios no creó a Huston

Ya es contradictorio que un director declarado ateo públicamente se prestara a realizar un proyecto tan lleno de espíritu religioso como La Biblia. Pero Huston dejó bien claro que había un malentendido: "Yo no he rodado la Biblia sino el Génesis... Cada vez que alguien me pregunta si yo soy creyente respondo que no tengo nada en común con Cecil B. de Mille". Era suficiente para entender su postura sobre la realización de la película.El producto fue juzgado con opiniones diversas, pero en conjunto resulta un éxito para John Huston, que fue capaz de salvar todos los obstáculos materiales,...

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Ya es contradictorio que un director declarado ateo públicamente se prestara a realizar un proyecto tan lleno de espíritu religioso como La Biblia. Pero Huston dejó bien claro que había un malentendido: "Yo no he rodado la Biblia sino el Génesis... Cada vez que alguien me pregunta si yo soy creyente respondo que no tengo nada en común con Cecil B. de Mille". Era suficiente para entender su postura sobre la realización de la película.El producto fue juzgado con opiniones diversas, pero en conjunto resulta un éxito para John Huston, que fue capaz de salvar todos los obstáculos materiales, ensamblar coherentemente un conjunto de reflexiones actuales, sobre el pasado tan lejano de la imaginación colectiva. La obra abarca desde la creación del mundo hasta el diluvio universal. El diluvio universal es precisamente el episodio más hustoniano de esta cinta. Ocupa más de una hora de la duración de la película y el propio Huston se prestó a interpretar el papel de Noé, una vez que lo rechazó Charles Chaplin.

No escatimó esfuerzos para la construcción de este soberbio episodio. Unos 250 animales y más de 1.000 especies de aves se recogieron por todo el mundo para convertir el arca en un zoo caótico, donde se amontonan hombres y animales. En medio de ellos Noé-Huston, con su barba blanca, es el director de orquesta que amansa y conduce con placidez burlona y suave ironía a todas las especies del universo que Dios le ha encomendado salvar.

El mismo Huston inventó un lenguaje para comunicarse con los animales y amansar a estas fieras, como lo haría el mágico Creador: acaricia al hipopótamo, monta sobre el elefante... Construye así un viaje sobre las aguas tan fabuloso y burlesco como el que años antes brindara en La reina de África.

Noé es el papel más simpático del filme que se reservó para sí mismo.

Para el papel más adorable -el de Sara- convenció a su amiga Ava Gadner, que llevaba tres años inactiva. Aunque su participaciones breve, Huston declaró que de esta adorable anciana extrajo una de las secuencias más bellas del filme. Se trata de aquella en que tres ángeles se le aparecen a Abraham y le revelan que Sara -ya anciana- va a tener un hijo; la risa de Sara-Gadner cuando se entera de la predicción es de una belleza increíble.

Huston, que no reconoce la voz del creador, sí cree en la religión de la creación que no cesa.

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