Chris Evert

La tenista americana se retira a los 34 años

Chris Evert, con gesto mecánico, sin emoción en el rostro, metió en su bolsa todas sus pertenencias, colocó sus raquetas bajo el brazo y, tras saludar al público con la mano, se dirigió hacia la salida. Repetía una escena que ha protagonizado 1. 179 veces (con 1.034 victorias y 145 derrotas) en 17 años como profesional, en los que ha ganado nueve millones de dólares (1.107 millones de pesetas). Pero la del martes no era una despedida más. Era la última en el Open de Estados Unidos; la última en un torneo del circuito. Porque Chris Evert, de 34 años, ha decidido retirarse. Sólo jugará exhibicio...

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Chris Evert, con gesto mecánico, sin emoción en el rostro, metió en su bolsa todas sus pertenencias, colocó sus raquetas bajo el brazo y, tras saludar al público con la mano, se dirigió hacia la salida. Repetía una escena que ha protagonizado 1. 179 veces (con 1.034 victorias y 145 derrotas) en 17 años como profesional, en los que ha ganado nueve millones de dólares (1.107 millones de pesetas). Pero la del martes no era una despedida más. Era la última en el Open de Estados Unidos; la última en un torneo del circuito. Porque Chris Evert, de 34 años, ha decidido retirarse. Sólo jugará exhibiciones, y quizá la Copa Federación, antes de marcharse a su casa en diciembre. "Ha llegado la hora", dijo en los vesituanos.Los espectadores americarios, que han envejecido viendo a Chris Evert sudar en la pista, se levantaron de sus asientos y le brindaron una ovación operística. Zina Garrison, que acababa de derrotarla, no se atrevió a celebrar su triunfo. Zina llegó a decir: "Me siento como una villana". Purgó su osadía. Al borde de la pista, Evert fue asaltada por los micrófonos de la televisión, y alguien, un sentimental sin duda, conectó la transmisión a los altavoces de todas las instalaciones de Flushing Meadow. Zina Garrison recorrió el pasillo de salida, llegó al vestuario, se fue a la ducha y desde allí siguió escuchando la voz de Chris Evert que decía: "Después de partidos como éste me doy cuenta de que debo irme". No podía ser un día feliz para Zina, una joven negra que hace 10 años, cuando tenía 15, le pidió un autógrafo a Chris en Houston, que ésta le firmó en su espalda, sobre la camiseta.

Chris ya tiene previsto su futuro. Quiere ser madre, comentarista, ama de casa y empresaria. En EE UU todos la quieren. Las feministas porque siempre ha sido una mujer independiente, y los conservadores porque ha resaltado las bondades de la vida familiar y el tener hijos. En el mundo del tenis todos la echarán de menos. Nadie ha heredado su elegancia.

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