NECROLÓGICAS

Antono Nilsson, figura legendaria del movimiento obrero sueco

Antono Nilsson, figura legendaria del movimiento obrero sueco, conocido también como El hombre de, Amalthea, falleció en Estocolmo a la edad de 101 años. Siendo miembro de la Juventud Socialista y dirigente del sindicato de los trabajadores de la construcción, en una noche del mes de julio de 1908 protagonizó el episodio que le significó una condena a muerte y que marco su vida para siempre. Junto con dos camaradas en paro dinamitó el barco Amalthea, que alojaba a rompehuelgas traídos desde el Reino Unido hasta la ciudad de Malmo. Un error de cálculo motivó que la explosió...

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Antono Nilsson, figura legendaria del movimiento obrero sueco, conocido también como El hombre de, Amalthea, falleció en Estocolmo a la edad de 101 años. Siendo miembro de la Juventud Socialista y dirigente del sindicato de los trabajadores de la construcción, en una noche del mes de julio de 1908 protagonizó el episodio que le significó una condena a muerte y que marco su vida para siempre. Junto con dos camaradas en paro dinamitó el barco Amalthea, que alojaba a rompehuelgas traídos desde el Reino Unido hasta la ciudad de Malmo. Un error de cálculo motivó que la explosión causara la muerte de uno de los rompehuelgas e hiriera a varios. La justicia lo condenó a muerte, pero el rey Gustavo V le conmutó la pena. Durante el Gobierno socialdemócrata de Hjalmar Branting, y cediendo a los requerimientos de gran parte de la opinión pública, Antono Ni1sson fue liberado.Sus años de cárcel y el haberse salvado dela pena de muerte no debilitaron sus convicciones revolticion arias. Una vez liberado obtuvo el diploma de piloto de aviación y se enroló en la revolución rusa, en el frente Báltico. Conoció personalmente a Lenin, Stalin, y Trotski. Discrepante con el estalínismo, regresó a Suecia, donde sus conocimientos del idioma ruso le permitieron trabajar en una firma de exportación. Mantuvo una vida activa de trabajo hasta pasados los 80 años.

El año pasado protagonizó un singular episodio cuando abandonó sin permiso el hospital donde se trataba una úlcera sangrante para asistir a la Casa del Pueblo, donde tenía comprometida una disertación. Escribió varios libros, en los que predominan los relatos sobre su rica y fascinantevida. Mantuvo la lucidez mental hasta pocos meses antes de su muerte, y hasta el año pasado re corría el país dando charlas, en las que manifestaba su inquebrantable fe en un mundo mejor, por el que luchó su vida entera. Cuando cumplió 100 años recibió un reconocimiento nacional, pese a que nunca había renegado de su pasado revolucionario.

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