Miguel Durán,

presidente de la ONCE, huye del arquetipo del invidente conmiserativo y se apresura a hacer chistes fáciles sobre su ceguera antes de que lo hagan los demás. Hace unas semanas, a raíz del proyecto de invertir esta entidad en acciones del frustrado Banco Central de Crédito, recibió un recado del presidente del Banesto, Mario Conde, para que se vieran. Durán le replicó con sorna: "Hombre, Mario, si quieres quedamos, pero será para que tú me veas y yo te toque". También ironizó con el nombre de un redactor jefe económico: "Anda que tú, llámandote Casimiro, y hablando con un ciego"....

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presidente de la ONCE, huye del arquetipo del invidente conmiserativo y se apresura a hacer chistes fáciles sobre su ceguera antes de que lo hagan los demás. Hace unas semanas, a raíz del proyecto de invertir esta entidad en acciones del frustrado Banco Central de Crédito, recibió un recado del presidente del Banesto, Mario Conde, para que se vieran. Durán le replicó con sorna: "Hombre, Mario, si quieres quedamos, pero será para que tú me veas y yo te toque". También ironizó con el nombre de un redactor jefe económico: "Anda que tú, llámandote Casimiro, y hablando con un ciego".

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