Gwen Prentice,

una abuela británica, parece estar a cargo del servicio de información soviético. Quienes deseen información sobre cualquier tema relacionado con la Unión Soviética llaman y hablan con ella. Todo comenzó cuando la Embajada soviética instaló una línea especial para responder a las preguntas del público. Pero al dar a conocer la iniciativa dio un número equivocado, que corresponde al teléfono de la señora Prentice, de 64 años. "No hago más que recibir llamadas. Hasta un periodista me preguntó por movimientos de tropas. Le contesté que son absolutamente secretos, pero hay preguntas que no sé cómo...

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una abuela británica, parece estar a cargo del servicio de información soviético. Quienes deseen información sobre cualquier tema relacionado con la Unión Soviética llaman y hablan con ella. Todo comenzó cuando la Embajada soviética instaló una línea especial para responder a las preguntas del público. Pero al dar a conocer la iniciativa dio un número equivocado, que corresponde al teléfono de la señora Prentice, de 64 años. "No hago más que recibir llamadas. Hasta un periodista me preguntó por movimientos de tropas. Le contesté que son absolutamente secretos, pero hay preguntas que no sé cómo responder", afirma.

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