Eva María Garcés y Luis Martín

Una niña inquieta y un futbolista frustrado, los más jóvenes del Ballet

No tienen ni un gramo de grasa en el cuerpo. Eva María Garcés, de 16 años, 1,57 metros, 42 kilos. Luis Martín, de 17 años, 1,74 metros, 65 kilos. El primer día de diciembre ingresaron, junto con otros ocho jóvenes, en el Ballet del Teatro Lírico Nacional. La nueva directora, Maya Plisetskaya, se encargó directamente de seleccionar a los 10 nuevos bailarines entre 141 aspirantes. Eva María y Luis pasaron la prueba y son ahora los más jóvenes del Ballet. Y están hechos, casi enteros, de futuro.

Para una de las pruebas, la variación individual de repertorio clásico, Eva María escogió ...

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No tienen ni un gramo de grasa en el cuerpo. Eva María Garcés, de 16 años, 1,57 metros, 42 kilos. Luis Martín, de 17 años, 1,74 metros, 65 kilos. El primer día de diciembre ingresaron, junto con otros ocho jóvenes, en el Ballet del Teatro Lírico Nacional. La nueva directora, Maya Plisetskaya, se encargó directamente de seleccionar a los 10 nuevos bailarines entre 141 aspirantes. Eva María y Luis pasaron la prueba y son ahora los más jóvenes del Ballet. Y están hechos, casi enteros, de futuro.

Para una de las pruebas, la variación individual de repertorio clásico, Eva María escogió Don Quijote, de Minkus. "No esperaba ser de las afortunadas, por que me preparé la variación en 20 días". Tomó plena conciencia del sí cuando vio "una nube de fotógrafos a mi alrededor" Nacida en Madrid, comenzó sus estudios de ballet clásico a los nueve años en Vigo. "En casa era muy inquieta y no hacía más que romper cosas, así que dijo mi madre: voy a llevar a la niña a ballet. A los 13 años se marchó a Madrid para proseguir sus estudios de danza con Carmina Ocaña. "Madrid era la mejor forma de conseguir calidad". Sus estudios de BUP los abandonó en el segundo curso, a cambio de dedicar siete horas diarias a la danza.Luis Martín, también madrileño, eligió para la variación individual El cisne negro, de Chaikovski, su compositor preferido. "Me presenté a las pruebas por casualidad, porque me animó mi madre. La verdad es que siempre ha sido ella la que me ha animado en esto. Tengo una hermana bailarina, y a mi madre le hacía ilusión formar la pareja". Comenzó a formar la pareja cuando tenía 11 años, con el profesor Pedro de la Cruz, con una dedicación diaria de dos horas y media. Desde 1985, ha actuado en varias ocasiones en Mónaco e Italia con la academia de danza clásica Princesa Grace de Montecarlo.

Al día siguiente de la elección ya fueron al teatro de la Zarzuela a ensayar con el resto de los 61 componentes del Ballet. Seis horas todos los días, de diez de la mañana a cuatro de la tarde. "Hay mucha diferencia de la escuela a la compañía Aquí te preparas para salir en un escenario. Los movimientos de los brazos son más exagera dos, la cabeza más marcada hay que girar más", dice Eva María. "Aquí todo es más".

Luis Martín es madridista sin fisuras, futbolista frustrado, muy de su casa, y no le pone mala cara a la música disco. Eva María Garcés, en el momento de escoger deportes, se inclina por la gimnasia y la natación sincronizada. Chaikovski y las óperas de Verdi, Dire Straits y Bob Marley son lo que mejor le suena. Le encanta, además, montar numeritos en las discotecas.

Eva asegura haberse pasado media vida a régimen. Desayuna sólo un café, y tres días a la semana no come prácticamente nada sólido hasta la noche. "Algo de fruta por el mediodía". Él sólo toma dos cuidados: ni fumar, ni beber, "pero los pasteles y la nocilla no me los quitan en la vida". Antes de ir a los ensayos diarios se toma leche con cacao y magdalenas. Cuando dejan la compañía, ella dedica dos horas más a la danza. Él estudia COU en Móstoles.

Baryshnikov y Kirkland, bailarines admirados por ella. Nureyev, Dowell y Dupond, modelos a seguir para él. La directora del Ballet Maya Plisetskaya para los dos.

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