GENTE

Jan Ake Ehrborg,

jefe de la estación de trenes de la ciudad de Ernmaboda, al sureste de Suecia, ha tenido una insólita experiencia en el desempeño de su cargo. Días atrás recibió una carta, a la que se adjuntaban 30 coronas (unas 570 pesetas), de un ex estudiante sueco que hace 67 años había viajado sin billete eludiendo a los inspectores. Tras más de medio siglo de cavilaciones, el estudiante en cuestión confiesa su delito, se declara arrepentido, pide disculpas y devuelve el importe de los boletos no pagados y termina deseando a la compañía de ferrocarriles buen balance para este año. El recorrido que...

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jefe de la estación de trenes de la ciudad de Ernmaboda, al sureste de Suecia, ha tenido una insólita experiencia en el desempeño de su cargo. Días atrás recibió una carta, a la que se adjuntaban 30 coronas (unas 570 pesetas), de un ex estudiante sueco que hace 67 años había viajado sin billete eludiendo a los inspectores. Tras más de medio siglo de cavilaciones, el estudiante en cuestión confiesa su delito, se declara arrepentido, pide disculpas y devuelve el importe de los boletos no pagados y termina deseando a la compañía de ferrocarriles buen balance para este año. El recorrido que el estudiante realizaba sin pagar, entre las ciudades de Errimaboda y KarIskrona, va a ser eliminado por deficitario.

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