Reportaje:

Nicolas Christopher Henry Browne-Wilkinson

Juez británico que falló a favor de la Prensa en el 'caso Wright'

Sir Nicolas Christopher Henry Browne-WiIkinson, vicecanciller de la Real Corte de Justicia de Londres y uno de los jueces más destacados del Reino Unido, ha tenido que decidir sobre el caso del libro Spycatcher, de Peter Wright, el ex miembro de los servicios secretos que desveló algunos de los flancos débiles del espionaje británico. El Gobierno pidió a los tribunales su prohibición y el Supremo respaldó su decisión. Como juez de primera instancia, Wilkinson falló a favor del derecho de la Prensa a informar sobre el libro, "puesto, que su contenido ya era conocido por la sociedad".

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Sir Nicolas Christopher Henry Browne-WiIkinson, vicecanciller de la Real Corte de Justicia de Londres y uno de los jueces más destacados del Reino Unido, ha tenido que decidir sobre el caso del libro Spycatcher, de Peter Wright, el ex miembro de los servicios secretos que desveló algunos de los flancos débiles del espionaje británico. El Gobierno pidió a los tribunales su prohibición y el Supremo respaldó su decisión. Como juez de primera instancia, Wilkinson falló a favor del derecho de la Prensa a informar sobre el libro, "puesto, que su contenido ya era conocido por la sociedad".

Browne-Wilkinson, de innegable aspecto de lord inglés, ha participado en el seminario sobre la ley y los medios informativos organizado por el Instituto Internacional de Prensa (IPI), en la Universidad Menéndez Pelayo, en Santander. No ha querido revelar directamente ningún dato sobre este caso, que ha abierto un abismo de confianza entre los medios informativos y los tribunales británicos, pero ha lamentado profundamente que se haya producido esta distancia, "que no beneficia a nadie".La carrera judicial de Browne Wilkinson, nacido en el Reino Unido en 1930, casado y con cinco hijos, educado en Oxford, ha sido meteórica. Primero fue miembro de diversos juzgados de distrito, después pasó a la Corte de Apelación, más tarde perteneció al Tribunal Supremo, fue presidente del Tribunal de Apelación de Trabajo y ahora es vicecanciller de la Real Corte de Justicia. Todo ello no le ha impedido dedicarse a sus dos aficiones favoritas: la granja y el cuidado de su jardín. No lo dice claramente, pero las consecuencias del caso Wright le han dolido. "Para recuperar la confianza perdida entre la Prensa y los tribunales podría arbitrarse un nuevo organismo con representantes del Gobierno, de la Prensa y de los jueces, que decidirían en las cuestiones que presentan colisión entre el derecho a la información y la seguridad".

Los periódicos a los que los tribunales no les han permitido publicar informaciones sobre el libro de Wright -The Observer, The Guardian, The Independent y The Sunday Times- han acusado al Gobierno por interferir en el derecho a la libertad de expresión. Browne-Wilkinson ha defendido el derecho a la información, pero también el derecho a la seguridad nacional. "Prefiero estar vivo para leer un periódico que estar muerto y no poder leerlo".

Quizá este amor por la Prensa le ha llevado a formular una crítica sobre ella cuando ha señalado que los medios informativos sobreestiman a los jueces hasta el punto de mitificarlos. "La Prensa tiene un concepto extraordinario de los jueces, como si fueran personas que no pueden equivocarse nunca. Pero esto no es así. Podríamos sentirnos contentos si los jueces hicieran bien las cosas en un 60%, de los casos". Tampoco ha escatimado críticas a las actuaciones de los jurados, práctica muy extendida en el Reino Unido. "Los jurados suelen hacer las cosas todavía peor, pero son garantía del funcionamiento de una sociedad democrática".

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