Crítica:'LA BUENA MÚSICA'

Increíble, un cantante vasco en TVE

Veinticinco años después de la llegada de la televisión a Madrid, TVE tuvo a bien dedicar 50 minutos al santón de la canción vasca: Mikel Laboa. El accidente ocurrió a las once de la noche del martes, en el programa de la segunda cadena La buena música. Apenas hay testigos.La atención a la canción vasca en TVE es inversamente proporcional al espacio que ocupa la actualidad de Euskadi. El otro extremo es Andalucía: las escasas noticias sobre ella se compensan con la abundante presencia del flamenco en televisión. O sea, que de los vascos nos tenemos muy sabidos a Garaikoetxea, Arzalluz, ...

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Veinticinco años después de la llegada de la televisión a Madrid, TVE tuvo a bien dedicar 50 minutos al santón de la canción vasca: Mikel Laboa. El accidente ocurrió a las once de la noche del martes, en el programa de la segunda cadena La buena música. Apenas hay testigos.La atención a la canción vasca en TVE es inversamente proporcional al espacio que ocupa la actualidad de Euskadi. El otro extremo es Andalucía: las escasas noticias sobre ella se compensan con la abundante presencia del flamenco en televisión. O sea, que de los vascos nos tenemos muy sabidos a Garaikoetxea, Arzalluz, Idígoras, Artapalo..., y de los andaluces, a Lebrijano, Habichuela o Camarón.

Quien apareció en la noche del martes era un apacible médico cincuentón, donostiarra de nacimiento, que a los veintitantos años se quedó impresionado con un disco de Atahualpa Yupanqui. Armado con una guitarra, Laboa desgranó, con singular encanto, un tango en vasco y melancólicas melodías de amor y de muerte; también se introdujo en la imitación fonética de otras lenguas, algo ya clásico en su repertorio.

La cámara recorrió los escenarios de su vida mientras Laboa, siempre en vasco, recordaba su biografía, Prohibido durante cinco años, cuando ya pudo volver a un escenario Laboa se retiró otro lustro, Porque los recitales se convertían en manifestaciones políticas. En ese tiempo grabó un disco doble que ha hecho historia.

Un cuidado programa

El programa tuvo el acierto de ofrecer unas cuidadas imágenes y una exposición lo más amena posible de un programa íntegramente en vasco, a lo que el telespectador no está nada habituado.Sólo cabe, pues, felicitar a TVE por la osadía del martes y desear que en los próximos 25 años tenga otro hueco para la canción vasca.

El resto del tiempo puede seguir dedicándose al flamenco, la zarzuela, la ópera, la danza, los aniversarios de la nova cançó, la prehistoria del pop español y a películas extranjeras, mejor subtituladas que las canciones de Laboa en uno de los idiomas del Estado español. Por ello, el subtítulo del programa de Mikel Laboa fue lo mejor: Más o menos nuestro.

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