Reportaje:

Teresa Canela

Una polifacética campeona de ajedrez

Un país latino donde la acción de pensar ha resultado sospechosa durante 40 años parece poco propicio para encontrar buenas jugadoras de ajedrez. Sin embargo, varias españolas están entre las mejores de Europa occidental. Una de ellas es la catalana Teresa Canela, que acaba de ganar el torneo Zonal, clasificatorio para el campeonato mundial. En sus 28 años de vida también ha tenido tiempo para ser pianista, farmacéutica, agente de la propiedad industrial, ecologista y feminista militante.

Una cara tan dulce como su apellido y permanentemente iluminada por una sonrisa es el escaparate de...

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Un país latino donde la acción de pensar ha resultado sospechosa durante 40 años parece poco propicio para encontrar buenas jugadoras de ajedrez. Sin embargo, varias españolas están entre las mejores de Europa occidental. Una de ellas es la catalana Teresa Canela, que acaba de ganar el torneo Zonal, clasificatorio para el campeonato mundial. En sus 28 años de vida también ha tenido tiempo para ser pianista, farmacéutica, agente de la propiedad industrial, ecologista y feminista militante.

Una cara tan dulce como su apellido y permanentemente iluminada por una sonrisa es el escaparate de un carácter firme y un cerebro muy ágil. A pesar de haber formado parte del equipo español en tres olimpiadas de ajedrez, Canela apenas había logrado éxitos internacionales hasta ahora. Para ella, el secreto de su triunfo en el torneo Zonal estriba en "esa mirada de tigre que considero fundamental para ganar partidas". Dicho de otro modo: "En Portugal jugué con una agresividad latente, fruto tal vez de mis flojos resultados en la olimpiada de Dubai".Esto la llevó a "un estado de gracia que me permitía hacer jugadas muy arriesgadas con la absoluta convicción de que todo iba a salir bien". Canela ya ha empezado a prepararse para el torneo Interzonal (segunda fase del Mundial), que se disputará este verano. "Dada la abundante presencia de europeas orientales, las españolas solemos ser víctimas propiciatorias en los interzonales, pero yo quiero romper con esto. Reconozco que las soviéticas son fantásticas. No obstante, desde que obtuve una posición ganadora contra la subcampeona del mundo, Elena Ahmilovskaia, en Dubai, ya no tengo tanto miedo".

No quiere convertirse en jugadora profesional porque "el ajedrez no es mi vida, aunque no puedo concebir mi vida sin el ajedrez". Además, no le gustaría "tener que ganar hoy para poder comer mañana". Hizo la carrera de Farmacia, se especializó en ecología y sanidad ambiental, pero prefirió trabajar con su padre, como agente de la propiedad industrial. Esto le permite llevar una vida polifacética que comparte con otro jugador de ajedrez, Josep Parés, en una casa con muchos tableros, un piano y un gato. "Josep comprende que yo tengo que viajar a menudo y también sabe lo bonito que es ganar y lo que duele perder. Nuestra convivencía es perfecta".

La causa de que las mujeres jueguen peor que los hombres es un eterno tema de discusión en los ambientes ajedrecísticos. En el último ranking mundial sólo hay una mujer entre los 100 primeros puestos. El ex campeón mundial Anatoli Karpov lo calificó hace años como "un misterio de la naturaleza". Canela le replicó en una revista. Para ella, "la clave está en la diferente educación que reciben niños y niñas. Por otra parte, nadie se pregunta por qué los negros juegan mal. Tanto los negros como las mujeres son grupos sociales marginados".

Canela ha terminado acostumbrándose a la prepotente actitud de muchos jugadores cuando se enfrentan a ella. "Para la mayoría, perder contra una mujer supone un fracaso monumental". No obstante, algunos reaccionan con imaginación para disimular su vergüenza, como aquel señor que perdió una partida contra Teresa, cuando tenía 14 años. Tras reconocer su derrota, gritó: "¡Esta niña es un auténtico genio!"

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