Crítica:

Conflicto permanente

Lo último en complicaciones familiares televisivas en, EE UU es Alf, una comedia lanzada por la NBC en septiembre de 1986 que protagoniza una típica familia norteamericana con un irascible alien en su hogar. Mr. Belvedere, la comedia que TVE comienza a emitir hoy, no llega a tanto: el objeto extraño introducido aquí en el hogar de la prototípica familia media norteamericana es también irascible, muy raro, pero humano, aunque perfectamente inglés. Él es Lynn Belvedere, un pulcro, educado y sarcástico señor, cuya presencia como empleado de¡ hogar en la casa de los Owens gara...

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Lo último en complicaciones familiares televisivas en, EE UU es Alf, una comedia lanzada por la NBC en septiembre de 1986 que protagoniza una típica familia norteamericana con un irascible alien en su hogar. Mr. Belvedere, la comedia que TVE comienza a emitir hoy, no llega a tanto: el objeto extraño introducido aquí en el hogar de la prototípica familia media norteamericana es también irascible, muy raro, pero humano, aunque perfectamente inglés. Él es Lynn Belvedere, un pulcro, educado y sarcástico señor, cuya presencia como empleado de¡ hogar en la casa de los Owens garantiza el conflicto permanente que toda situation-comedy necesita.La serie, que recupera el personaje creado por Gwen Davenport y popularizado en el cine por Clifton Webb entre 1948 y 1951 (Sitting Pretty, Mr. Belvedere goes to college y Mr. Belvedere rings the bell), fue lanzada por la cadena ABC, y no por casualidad, en la temporada 1985-1986, que estuvo marcada, como la de 1986-1987, por una auténtica invasión de comedias domésticas, basadas no ya en la tradicional familia conyugal (padres e hijos), sino en una variedad que los propios norteamericanos titularon la blended family.

En este nuevo combinado familiar las relaciones de parentesco se complican y relajan un tanto y, lo que es más importante, aparecen en su seno elementos ajenos a la familia pero integrados totalmente en ella.

Al margen de la relación que esto pueda tener con las modificaciones que la institución familiar ha sufrido en los últimos años (y que no afectan para nada a su enorme capacidad de pervivencia), lo cierto es que la complicación del cuadro familiar (la aparición de las parejas de divorciados con hijos, los padres y madres solteros, los hijos adoptivos de todas las razas y condiciones, los Belvederes o cualquier otro objeto no identificado), más, que ambición de un mayor realismo, tiene sus implacables razones comerciales.

El extraordinario éxito de El show de Bill Cosby disparó una reacción en cadena de imitaciones, como es tradicional en un medio con tan particular concepto de la creatividad. En este caso, sin embargo, anotando una advertencia ejemplar: el realismo con que al principio se trataban los conflictos intergeneracionales en el programa de Bill Cosby (aun tratándose de una familia negra) tuvo que dar un paso atrás por consejo de los siempre vigilantes psicólogos.

Aprendiendo la lección,. los programas de la era pos-Cosby encontraron el truco para mantener ese grado de conflicto y tensión indispensable a la comedia de situación, sin ofender a los escrupulosos defensores de la sagrada institución familiar.

Mr. Belvedere se emite hoy por TV-1 a las 19.00.