Crítica:

Comienza a emitirse 'Muñecas de papel', un serial centrado en las desventuras de jóvenes modelos

Finalizadas de momento las múltiples muertes, resurrecciones y transriguraciones de Stephanie Harper en su infernal Retorno a Edén, debuta en la programación de sobremesa una nueva serie, ambientada también en el fecundo medio de la míticamente corrupta y perversa clase adinerada, esta vez el sofisticado y deslumbrante mundo de la moda en Nueva York desde la perspectiva de su eslabón más débil: las jovencísimas modelos de efímera gloria.

Muñecas de papel, que explota buena parte de las fantasías elaboradas por la ordinary people en torno a este mundo de fascinante aparienc...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Finalizadas de momento las múltiples muertes, resurrecciones y transriguraciones de Stephanie Harper en su infernal Retorno a Edén, debuta en la programación de sobremesa una nueva serie, ambientada también en el fecundo medio de la míticamente corrupta y perversa clase adinerada, esta vez el sofisticado y deslumbrante mundo de la moda en Nueva York desde la perspectiva de su eslabón más débil: las jovencísimas modelos de efímera gloria.

Muñecas de papel, que explota buena parte de las fantasías elaboradas por la ordinary people en torno a este mundo de fascinante apariencia, es una derivación de la película del mismo título realizada para televisión en 1982 y que interpretó entonces Joan Collins.La película tuvo una inmejorable acogida, de ahí que Lou Erlicht, presidente de la ABC, propusiera a Leonard Goldberg una serie con idéntico diseño. Nadie dudaba del éxito de la apuesta: el mundo de la moda, pese al atractivo que en principio podía ejercer sobre el gran público, sólo había sido tratado marginalmente por televisión. El caso es que Paper dolls, saliendo caballo ganador, con un reparto de relumbrón televisivo (Morgan Fairchild a la cabeza), desfalleció estrepitosamente en carrera, sin que nadie hasta hoy haya podido descifrar las misteriosas razones por las que los telespectadores le negaron el pan y la sal, provocando que la soap-opera se empantanara en los puestos zagueros de los índices de audiencia. "Demasiado buena para televisión", contestó Andy Warhol a la revista Esquire cuando se le comunicó la cancelación de su programa favorito.

Más cierto parece ser que a la serie le fueron fatales, además de una cierta escasez de fango y familia y un exceso de teatralidad y de interioridades, las grandes expectativas que en ella depositó la patrocinadora cadena televisiva. La ABC había realizado una campaña de publicidad tan intensa durante la cobertura de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles que logró que la gente se congregara en las calles de Nueva York donde se estaba rodando la serie. Tuvo entonces más mirones de los que luego tendría el programa a su paso por la pequeña pantalla. Tan efímera fue su gloria como la de las modelos del metalizado y deshumanizado mundo que supuestamente retrataba. La industria de la televisión pudo comprobar, pese a las apariencias, lo suyo, la captura masiva de telespectadores, no es una ciencia exacta.

Muñecas de papel se emite hoy, por TVE- 1, a las 15.35.

Archivado En