Una puerta abierta del transbordador británico provocó su hundindento

Chorros de agua que entraron a raudales por la puerta trasera del transbordador provocaron, según todos los indicios conocidos, el accidente del Herald of Free Enterprise, que naufragó frente a las costas belgas en la noche del viernes y que dejó un balance provisional de 53 muertos y 82 desaparecidos. Un portavoz de la compañía propietaria del buque (Townsend Thoresen) admitió ayer desde Londres que "se trató de algo relacionado con las puertas". Agregó que "el agua tuvo que entrar por ellas, porque no se ha encontrado ningún otro agujero en el casco".Testigos y expertos han indicado q...

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Chorros de agua que entraron a raudales por la puerta trasera del transbordador provocaron, según todos los indicios conocidos, el accidente del Herald of Free Enterprise, que naufragó frente a las costas belgas en la noche del viernes y que dejó un balance provisional de 53 muertos y 82 desaparecidos. Un portavoz de la compañía propietaria del buque (Townsend Thoresen) admitió ayer desde Londres que "se trató de algo relacionado con las puertas". Agregó que "el agua tuvo que entrar por ellas, porque no se ha encontrado ningún otro agujero en el casco".Testigos y expertos han indicado que en rnuchas ocasiones las puertas no se cerraban del todo hasta después de iniciado el viaje, lo que en este caso pudo ser la causa del hundimiento. Las puertas de la muerte, como ya las llama la Prensa sensacionalista británica, dieron entrada al agua, que llenó de inmediato uno de los compartimientos de vehículos, desprovistos de mamparos para detener el líquido. Esta enorme masa bamboleante destestabilizó el transbordador y provocó su hundimiento parcial, según los expertos.

Las tareas de rescate de cadáveres, que se reanudaron ayer tras ser suspendidas la noche del domingo, pueden llevar semanas, admitieron fuentes de la empresa, que ya esta iniciando los estudios para reflotar el barco. Por otra parte, 18 barriles de un producto tóxico transportado por el navio aún se encontraban ayer a la deriva, aunque sólo uno de ellos es contaminante, según fuentes de la comandancia de marina belga.

La tragedia ha desatado una fuerte polémica acerca de la seguridad que ofrecen los transbordadores de doble hélice.

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