Alan Bowness

Al director de la Tate Gallery de Londres le gustaría llevarse el 'Guernica'

Alan Bowness es director de la Tate Gallery desde 1980, el museo londinense convertido en santuario artístico para los españoles del franquismo con hambre de cultura. Durante la dictadura no quiso visitar España. Ahora, este profesor y escritor de 59 años asistió en Madrid a la exposición de su suegro, el pintor Ben Nicholson, y durante dos días conoció centros artísticos, con parada en el Prado, donde confesó que le gustaría llevarse el Guernica, de Picasso, "una de las grandes pinturas del siglo XV".

El director de la Tate Gallery, Alan Bowness, considera "un honor" estar al frente de...

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Alan Bowness es director de la Tate Gallery desde 1980, el museo londinense convertido en santuario artístico para los españoles del franquismo con hambre de cultura. Durante la dictadura no quiso visitar España. Ahora, este profesor y escritor de 59 años asistió en Madrid a la exposición de su suegro, el pintor Ben Nicholson, y durante dos días conoció centros artísticos, con parada en el Prado, donde confesó que le gustaría llevarse el Guernica, de Picasso, "una de las grandes pinturas del siglo XV".

El director de la Tate Gallery, Alan Bowness, considera "un honor" estar al frente de la institución y lo dice con la misma seriedad de las rayas de su traje oscuro y camisa. Más de un millón de personas visitan cada año este museo estatal, "aunque si hay una exposición de Dalí pueden llegar al millón y cuarto". Para que el museo pueda funcionar necesita un presupuesto anual de cuatro millones de libras (unos 780 millones de pesetas), destinados en su mayor parte a los salarios de los 350 empleados. Para adquisiciones de obras dispone de otro apartado de unos 300 millones de pesetas.Con estas cifras, no es extraño que Alan Bowness sonría al decir que el dinero es el principal problema de la Tate. Otra cuestión pendiente es la falta de espacio para las obras y eso también necesita millones de libras. Dice que ya se ha empezado un programa de desarrollo con la construcción de un nuevo edificio, que tendrá un primer espacio para las obras de Turner, gracias a la donación de seis millones de libras, que se abrirá a primeros de abril. Forma parte de un gran proyecto del famoso arquitecto británico James Stirling, que comprenderá tres nuevas galerías, para escultura, arte clásico moderno y nuevas tendencias. "Tenemos los planos y necesitamos el dinero".

Alan Bowness quiere también que la Tate esté presente en otros lugares. El año 1988 se inaugurará una segunda Tate Gallery en Liverpool, a orillas del río Mersey, dedicada al arte moderno. La primera exposición en este nuevo centro será de pintura superrealista.

Esta ampliación de muros para el arte no va a impedir a Bowness, que no practica la pintura ni siquiera los 'domingos ("conozco mis limitaciones", dice) y tampoco se considera un coleccionista, seguir en su propia casa la evolución de artistas amigos ("algunos de ellos son muy conocidos") de diferentes generaciones. Pero la mayor parte de las obras procede de la familia de su mujer, Sara, hija del pintor Ben Nicholson (1894-1982), cuyas pinturas y relieves se exponen actualmente en la Fundación Juan March, de Madrid. Profesor de arte moderno desde 1940, amante de la pintura y la música, autor de estudios sobre William Scott, Henry Moore, Barbara Hepworth, Alan Davie, los impresionistas y escultura moderna, entre otros, lamenta no disponer de tiempo para escribir libros. Del arte del siglo XX, Bowness opina que el período comprendido entre 1905 y los años treinta se puede comparar al Renacimiento o al Siglo de Oro, ya que fue "excepcionalmente creativo". "Ahora hay muchos buenos artistas pero no hay tantos grandes artistas. Es una cuestión de proporción". Considera que el arte "es una experiencia muy profunda y personal, pero tiene que estar disponible para todo el mundo".

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