Aurelio Peccei, fundador del Club de Roma

Aurelio Peccei, inspirador, creador y presidente del Club de Roma, falleció ayer en una clínica de Roma, a consecuencia de un ataque al corazón. Contaba 75 años de edad.Nacido en Turín, estudió en la Escuela Superior de Comercio y en la universidad de su ciudad natal, donde se graduó en Económicas. Trabajó en varias empresas italianas y norteamericanas. Combatió en la segunda guerra mundial y fue hecho prisionero durante un año. Terminada la contienda, fue miembro del comité de dirección de la compañía Fiat y ocupó diversos cargos directivos en la empresa Olivetti.

En 1968 fundó el Club...

Aurelio Peccei, inspirador, creador y presidente del Club de Roma, falleció ayer en una clínica de Roma, a consecuencia de un ataque al corazón. Contaba 75 años de edad.Nacido en Turín, estudió en la Escuela Superior de Comercio y en la universidad de su ciudad natal, donde se graduó en Económicas. Trabajó en varias empresas italianas y norteamericanas. Combatió en la segunda guerra mundial y fue hecho prisionero durante un año. Terminada la contienda, fue miembro del comité de dirección de la compañía Fiat y ocupó diversos cargos directivos en la empresa Olivetti.

En 1968 fundó el Club de Roma. "El Club de Roma no es una organización", declaró a EL PAIS en diciembre de 1977. "Se formó a consecuencia de una reunión convocada por mí, a la que asistieron una docena de científicos, humanistas y planificadores. En la reunión se habló del mundo y se plasmaron dos preocupaciones: primero, tratar de comprender por qué en este apogeo de poder, conocimientos y medios, la humanidad está en un trance dificil, cada año más intratable. También tratábamos de entender las causas de esta brecha entre los problemas y la sociedad y qué se debe hacer para reducir esta sima".

Considerado como un hombre elegante y profundamente mediterráneo, Peccei se entregó a la realización de varios informes para el club, como Los límites del desarrollismo (1972), que supuso un severo impacto a la política desarrollista del mundo occidental, y La calidad humana (1977), en la que se plantea las vías para corregir y mejorar el actual curso de la humanidad, y Manifiesto para la supervivencia, obra considerada como precursora del ecologismo actual.