El Rey hace un llamamiento a la solidaridad y la esperanza

El rey Juan Carlos dirigió a los españoles, el viernes por la noche, su acostumbrado mensaje de Nochebuena, en el que llamó a la unidad de todos y se extendió en consideraciones sobre la bondad de la institución familiar.Don Juan Carlos transmitió ayer por televisión "un saludo lleno de optimismo y de cordialidad" y dijo que sus palabras tenían que ser "las de solidaridad y esperanza", porque "concuerdan con el ánimo de esta celebración entrañable" y porque "son sentimientos profundos y relacionados entre sí, que los españoles hemos venido fortaleciendo día tras día, año tras año, esfuerzo tra...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El rey Juan Carlos dirigió a los españoles, el viernes por la noche, su acostumbrado mensaje de Nochebuena, en el que llamó a la unidad de todos y se extendió en consideraciones sobre la bondad de la institución familiar.Don Juan Carlos transmitió ayer por televisión "un saludo lleno de optimismo y de cordialidad" y dijo que sus palabras tenían que ser "las de solidaridad y esperanza", porque "concuerdan con el ánimo de esta celebración entrañable" y porque "son sentimientos profundos y relacionados entre sí, que los españoles hemos venido fortaleciendo día tras día, año tras año, esfuerzo tras esfuerzo, en nuestra biografía reciente como pueblo".

Para el Rey, la solidaridad y la esperanza "se encienden básicamente en la familia", que es "la clave de nuestro ser y de nuestro sentir como españoles. Es la que nos da fuerzas para el trabajo e inspira nuestra ilusiones. En su ámbito y compromiso nos engrandeceremos y nos autoexigiremos. Por eso solemos decir que, cuando la familia española ha ido bien, también ha ido bien España. Y, por el contrario, cuando se encuentra herida y desconcertada, se producen desequilibrios sociales y políticos irreparables".

La alusión a la familia sirvió a don Juan Carlos para hacer un parangón con el pueblo español, "una gran familia sin fisuras ni vacíos. Una gran familia en la que sus miembros pueden tener sus peculiaridades, sus especiales maneras de ser o sus costumbres diferentes, pero siempre unidas por lazos indisolubles y coincidentes todos en la suprema aspiración de que la patria común prospere y se engrandezca en paz, en orden y en hermandad. Esa es nuestra riqueza más cercana y fecunda. Gracias a ella engarzamos con amor la conflictiva sucesión de las generaciones".

El rey de España terminó su discurso con un recuerdo a quienes estaban trabajando, a los que estaban en la mar o en las fronteras y a los emigrantes.

Página 12

Editorial en la página 8

Archivado En