Crítica:

'Belinda" un melodrama de los años 40

La película que hoy emite Televisión Española por la primera cadena, a las 21.35 horas, es uno de los grandes melodramas de los años cuarenta. Tuvo posibilidades de convertirse en un agudo retrato psicológico, pero prevaleció la tentación lacrimógena. A pesar de todo, o precisamente por ello, Belinda se convirtió en uno de los mayores éxitos económicos de aquel año, 1948, y hoy es considerado como claro síntoma de la época.Suelen criticar algunos los afanes analíticos por encontrar en las viejas películas explicaciones de circunstancias y detalles que los autores no valoraron en su día....

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La película que hoy emite Televisión Española por la primera cadena, a las 21.35 horas, es uno de los grandes melodramas de los años cuarenta. Tuvo posibilidades de convertirse en un agudo retrato psicológico, pero prevaleció la tentación lacrimógena. A pesar de todo, o precisamente por ello, Belinda se convirtió en uno de los mayores éxitos económicos de aquel año, 1948, y hoy es considerado como claro síntoma de la época.Suelen criticar algunos los afanes analíticos por encontrar en las viejas películas explicaciones de circunstancias y detalles que los autores no valoraron en su día. Se dice, en este sentido, que los filmes no pueden reflejar más que lo que se quiso plasmar en ellos. Pero es un error. Al cabo del tiempo, por no hablar del instante mismo de su estreno, cualquier película adquiere connotaciones distintas a las que la hicieron posible. Desde los decorados y vestuarios, y es lo más importante, la estructura dramática, todo toma ngrediente parecen insólitos o, al menos, descriptivos.

Así, la triste vida del personaje central de la película de hoy, pobre sordomuda protegida al principio por un pedagogo y más tarde violada por un hombre sin escrúpulos, al que: ella mata para vengar el nacimiento del hijo, puede dejar paso a la sonrisa y, si se quiere, a la contemplación de las razones que tenía Hollywood para considerar esa anécdota susceptible de éxito. Orientada primordialmente a un público femenino (y no hay que olvidar que los años cuarenta-cincuenta diferenciaban claramente las películas de hombres de las de mujeres), Belinda tenía todos los ingredientes para despertar frustraciones calladas y volverlas a silenciar poco más tarde. El triunfo final de la protagonista, que no se planteaba su vida más allá de lo inmediato, convertía la tragedia en un simple final feliz. Pero la misma consideración de la mujer como ser sordomudo, sujeta al poder ajeno, es decir, a los hombres, permite hoy que los espectadores más sensibilizados por esa interpretación encuentren en Belinda un curioso material de estudio.

El éxito de esta película situó a su actriz, Jane Wyman, en un estrellato que no merecía. De hecho, no consiguió repetir la misma fortuna en sus películas siguientes. En su filmografía sólo destaca un título anterior, Días sin huella (1945), que sólo se mostró entonces para ser presentada al público.

Por su parte, el director, Jean Negulesco, que también con Belinda obtuvo su primer triunfo, intentó repetir la fórmula en sus títulos siguientes, pero no alcanzó nunca el mismo esplendor. Retirado en España durante varios años, no recordaba con simpatía más que dos de sus películas posteriores, Llama un desconocido, posiblemente la mejor de su carrera, y Papaíto piernaslargas, que también veremos estos días en Televisión, en la que consiguió aplicar un cierto refinamiento que aún no era previsible en la película que se emite hoy.