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Jordi Pujol,

presidente de la Generalidad de Cataluña, no se ha sustraído a la fiebre musical que domina ahora en las alturas de la política española. El pasado fin de semana se fue hasta Cadaqués, en Gerona, para asistir allí al X Festival Internacional de Música, cuyo programa inaugural incluía obras de Mozart interpretadas por la Orquesta de Cámara Franz Listz de Budapest. Es todo un baile de nombres: resulta que Calvo Sotelo, que adora a Mozart, se va a Baviera a escuchar a Wagner, que no le entusiasma, mientras que el presidente de la Generalidad se encuentra mucho más cerca la qu...

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presidente de la Generalidad de Cataluña, no se ha sustraído a la fiebre musical que domina ahora en las alturas de la política española. El pasado fin de semana se fue hasta Cadaqués, en Gerona, para asistir allí al X Festival Internacional de Música, cuyo programa inaugural incluía obras de Mozart interpretadas por la Orquesta de Cámara Franz Listz de Budapest. Es todo un baile de nombres: resulta que Calvo Sotelo, que adora a Mozart, se va a Baviera a escuchar a Wagner, que no le entusiasma, mientras que el presidente de la Generalidad se encuentra mucho más cerca la que hubiera sido fuente de placer del hombre que se fue a Bayreuth. Lo que no aclaran las noticias, de momento, para terminar de completar el crucigrama, es si Pujol estima la obra grandilocuente del autor de Tristán e Isolda.

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