gente

La clandestinidad y el calor han acabado con la vida de una japonesa, Tome Sugaya, y con la historia de amor secreto que ésta mantenía. La señora Sugaya, efectivamente, ha perecido asfixiada en el maletero del coche de su amante, donde, según la policía de Tokio, se había escondido por algunos minutos, para inmediatamente encontrarse con él. Tome Sugaya, de 41 años y casada, según la versión policial, se debió quedar dormida en la caja del coche, y su amante, despistado, aparcó éste a pleno sol la mañana del lunes pasado. Por la noche, cuando abrió el capó para sacar algo, encontró su c...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La clandestinidad y el calor han acabado con la vida de una japonesa, Tome Sugaya, y con la historia de amor secreto que ésta mantenía. La señora Sugaya, efectivamente, ha perecido asfixiada en el maletero del coche de su amante, donde, según la policía de Tokio, se había escondido por algunos minutos, para inmediatamente encontrarse con él. Tome Sugaya, de 41 años y casada, según la versión policial, se debió quedar dormida en la caja del coche, y su amante, despistado, aparcó éste a pleno sol la mañana del lunes pasado. Por la noche, cuando abrió el capó para sacar algo, encontró su cadáver.

Archivado En