John Strasberg: "Es más difícil leer el teatro que la música"

John Strasberg, hijo de Lee Strasberg, el fundador de la escuela de actores Actor's Studio, de Nueva York, es un joven especialista en cuestiones teatrales, que durante su estancia en España, que ahora acaba, ha intentado explicar una consecuencia básica de las enseñanzas de su padre, con el que no siempre está de acuerdo: «Una obra dramática es más difícil de leer que una pieza de música».

Ninguna escuela, ni siquiera la mítica Actor's Studio, que dirige Lee Strasberg en Nueva York, puede hacer un buen actor de quien no posee talento natural para serlo, cierta capacidad o sensibilidad ...

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John Strasberg, hijo de Lee Strasberg, el fundador de la escuela de actores Actor's Studio, de Nueva York, es un joven especialista en cuestiones teatrales, que durante su estancia en España, que ahora acaba, ha intentado explicar una consecuencia básica de las enseñanzas de su padre, con el que no siempre está de acuerdo: «Una obra dramática es más difícil de leer que una pieza de música».

Ninguna escuela, ni siquiera la mítica Actor's Studio, que dirige Lee Strasberg en Nueva York, puede hacer un buen actor de quien no posee talento natural para serlo, cierta capacidad o sensibilidad para expresar sus sentimientos a través de la interpretación. Así opina su hijo John Strasberg, continuador y a la vez contestación del estilo de enseñanza teatral que su progenitor representa. Desde hace cuatro semanas se encuentra en Madrid, invitado por el actor español José Luis Gómez, para dirigir uno de los cursos que se imparten en el taller montado por este último, para actores y directores.«Actualmente proliferan múltiples métodos y técnicas aplicadas a la enseñanza de actores; algunas, incluso, se practican como si fuera una religión, pero ninguno de ellos sirve de nada si no se dan esas condiciones previas», asegura. «Los ejercicios emocionales que se hacen en el Actor's Studio, por ejemplo, llevan a muchos actores a creerse incapaces de sentir, si no es a base de tales ejercicios, que se convierten en un simple proceso mecánico».

Rubicundo, el cabello ensortijado, estatura media, el tipico yankee en la elección y conjunto de la vestimenta, John Strasberg, más que el delfín de uno de los monstruos sagrados de la intelligentsia neoyorquina, parece, por su físico, un protagonista de Mark Twain, y por el aire que dimana, un niño grande en lucha con la abrumadora imagen paterna.

«Es un hombre tímido y remoto», define a su padre. «Creo que no sabe exactamente en qué consiste mi trabajo, aunque lo respeta a distancia. Probablemente no estaría de acuerdo con muchas de las cosas que hago ».

Durante una época, John dirigió el Lee Strasberg Theatre Institute, un centro privado creado por su progenitor, que funciona según el mismo principio de experiencia realista que el Actors Studio, tendente a armonizar la expresión con el sentimiento.

«Este principio básico es válido, pero hay problemas porque cada maestro tiene su técnica propia y mi padre no ha llegado a definir un sistema único como el de Stanislawsky. Los ejercicios son positivos si se realizan de la forma adecuada, pero su importancia es muy relativa. Depende de cada actor; de hecho, cuando trabajaba en el Instituto, algunos me preguntaban cómo aplicar los ejercicios a una obra concreta».

Precisamente, el conocimiento de las limitaciones del sistema de enseñanza de actores que se sigue en el Actor's Studio ha permitido a John Strasberg concebir su propio método como una alternativa, y, al mismo tiempo, una prolongación del de su padre. «Yo trabajo directamente con escenas concretas de obras clásicas o contemporáneas, sobre un texto determinado, y mi tarea consiste en descifrar la intención del autor», explica. «Una obra dramática es más dificil de leer que una pieza de música. Cada palabra tiene un significado específico que permite descubrir lo que el autor quiere decir y sólo eso ».

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