El regreso de Spínola puede reavivar la polémica sobre la revolución del 25 de abril

El ex presidente Antonio Spínola, el hombre que más polémicas ha suscitado en Portugal desde que en abril de 1974 los militares derrocaron al régimen salazarista, regresó ayer inesperadamente a su país después de un exilio de diecisiete meses.Durante su exilio, en Brasil y algunas capitales europeas, Antonio Spínola fundó el llamado Movimiento Democrático de Liberación de Portugal, al cual se atribuyeron el año pasado ciertos atentados terroristas. Diez personas presuntamente vinculadas con esta organización fueron detenidas precisamente la semana pasada. Pero el propio Spínola, antes de las ...

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El ex presidente Antonio Spínola, el hombre que más polémicas ha suscitado en Portugal desde que en abril de 1974 los militares derrocaron al régimen salazarista, regresó ayer inesperadamente a su país después de un exilio de diecisiete meses.Durante su exilio, en Brasil y algunas capitales europeas, Antonio Spínola fundó el llamado Movimiento Democrático de Liberación de Portugal, al cual se atribuyeron el año pasado ciertos atentados terroristas. Diez personas presuntamente vinculadas con esta organización fueron detenidas precisamente la semana pasada. Pero el propio Spínola, antes de las elecciones presidenciales del pasado mes de junio, que llevaron a la jefatura del Estado a su antiguo colaborador Ramalho Eanes, había anunciado publicamente la disolución de su movimiento.

Inmediatamente después de su llegada, que sorprendió a las autoridades y a la opinión, pública portuguesas, el ex presidente fue trasladado a la cárcel de Caxias mientras se decide su futura situación. Fuentes militares declararon que Spínola está sujeto al foro militar y que deberá responder ante la justicia.

Hasta el momento, las reacciones de los partidos políticos han sido relativamente moderadas y el propio Partido Comunista se ha limitado a pedir que Spínola «responda por sus actos ante la ley».

Todo parece indicar, sin embargo, que la Presencia del ex presidente en el país resulta especialmente incómoda para el Gobierno socialista en un momento en que su programa está a punto de ser votado en la Asamblea. El regreso de Spínola puede abrir, en efecto, una polémica nada oportuna en estos momentos, sobre ciertos aspectos del pasado del nuevo régimen portugués.

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