La polvareda de Sinner cae en el trazado neoyorquino de Alcaraz

El español y el número uno, salpicado por el dopaje, podrían toparse en las semifinales del último grande de la temporada, que comenzará el lunes

Carlos Alcaraz, durante el entrenamiento del miércoles en Flushing Meadows.Pete Staples/USTA (Pete Staples/USTA)

Mientras la onda expansiva generada por el positivo de Jannik Sinner sigue extendiéndose, el US Open que empezará el lunes adquiere forma y el bombo reparte dificultades para todos. El número uno, manchado por el rastro del dopaje —una contaminación involuntaria de clostebol, según determinó la la Agencia Internacional para la Integridad en el Tenis (ITIA)—, deberá añadir al escrutinio público y las voces críticas un sinuoso trazado que le guiará por estaciones tan complejas como las de Tommy Paul (octavos), Daniil Medvedev (cuartos) o Carlos Alcaraz, con quien podría cruzarse en la penúltima escala.

En condición de tercer cabeza de serie, el español aguardaba a la configuración del cuadro: Sinner (primer favorito) o Novak Djokovic (segundo) en unas potenciales semifinales. Y si todo sigue la lógica, el escollo sería finalmente el italiano, centro de todas las miradas tras el anuncio del martes. Muy resumido: marzo, Indian Wells, análisis y la detección de un anabolizante prohibido por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA). Según anunció un portavoz de este organismo en unas declaraciones recogidas por La Gazzetta dello Sport, la AMA examina “cuidadosamente” toda la documentación del caso y dispone de 21 días —hasta el 6 de septiembre, toda vez que la resolución se hizo pública el 15 de agosto— para recurrir al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS).

Marejada al margen, Alcaraz ya sabe que el horizonte le plantea un posible reencuentro con Sinner, al que la actualidad apunta en rojo, pero también que se ha librado de un verdadero dolor de cabeza, el hombre que en la última edición le fulminó; Medvedev, potencial adversario en los cuartos, no asomaría hasta el desenlace. Antes, un despegue por descifrar frente un rival de la fase previa y trampas ante las que no convendría bajar la guardia: quizá Shapovalov, tal vez Draper en la tercera ronda, Tabilo o Korda en los octavos y serias curvas a partir de Hurkacz. Al final, Djokovic irá por el otro lado.

Exigencia de la buena para el serbio, que tras el pistoletazo de salida ante un jugador de la fase clasificatoria podría toparse con los mazos de Struff, Popyrin o Shelton, la chispa de Tiafoe en Nueva York y la creciente consolidación de Alexander Zverev como competidor de grandes escenarios. Tras colgarse el oro olímpico, el defensor del título llega más que liberado, pleno y feliz. Todo lo contrario que la última campeona, Coco Gauff, sumida la estadounidense en una considerable crisis de juego y resultados. En dinámica opuesta aterriza Paula Badosa, inspirada en los últimos tiempos y con ganas de revertir la mala fortuna en Flushing Meadows, donde nunca ha logrado franquear la segunda ronda.

La catalana, ahora 27ª del mundo tras una notable escalada, debutará contra la suiza Viktorija Golubic (74ª) y después podría encontrarse con dos adversarias de envergadura como Barbora Kerjcikova (8ª) y la griega Maria Sakkari (9ª); si alcanzase las semifinales, la bielorrusa Aryna Sabalenka elevaría todavía más el listón y por el otro lado del cuadro se presume la progresión de la número uno, la polaca Iga Swiatek. El tenis español contará con otras cuatro representantes: Sara Sorribes (contra la invitada local Alexa Noel [762ª]), Jessica Bouzas (Petra Martic [105ª]), Cristina Bucsa (Sara Errani [94ª]) y la primeriza Marina Bassols, que se estrenará en un Grand Slam tras superar el corte.

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