En busca del ritmo, Nadal no pierde el instinto

El español, de menos a más, levanta un 4-1 adverso en el segundo parcial contra Norrie (doble 6-4, en 1h 44m) y se enfrentará en los cuartos de Bastad a Navone

Nadal, durante el partido contra Norrie en Bastad.Niclas JvɂÄìNsson (ZUMAPRESS.com / Cordon Press)

Cierra Rafael Nadal con un ace, tras 1h 44m de intenso trabajo ante el británico Cameron Norrie, y resume desde el centro de la pista sueca. “No competía desde Roland Garros, así que tener la oportunidad de jugar contra alguien como él son buenas noticias. Por momentos he hecho un buen tenis, y en otros debería haber sido un poco más agresivo, pero es parte del proceso. Mantener esa agresividad y esa presión sobre el rival es algo que tengo que ir mejorando; mantener este ritmo, porque no he jugado lo suficiente aún… No he competido mucho, así que partidos y victorias como las de hoy ayudan”, expone el tenista español, clasificado para los cuartos de final del torneo de Bastad (doble 6-4) y citado este viernes (no antes de las 13.00, Movistar+) con el argentino Mariano Navone (6-4 y 6-2 a Sumit Nagal).

Continúa Nadal readaptándose y recuperando progresivamente los automatismos. Y, tras el ensayo del primer día frente al inerme Leo Borg, una prueba de mucha más envergadura contra Norrie, quien, dicho sea de paso, ha ido perdiendo el fuelle competitivo que lo condujo al top-10 y a las cotas altas de los grandes torneos; en cualquier caso, un rival (hoy 42º) bastante más propicio para seguir engrasándose y reincorporando todo aquello que, cuando un tenista se aleja de la competición, ya sea por causa de fuerza mayor o por decisión voluntaria, va perdiendo y que es tan básico: elemental el control de las distancias, el timing a la hora de golpear la bola y la naturalidad en las maniobras. Así que el óxido es lógico.

En algunos tramos, a Nadal se le percibe desorientado, perdiendo las referencias fundamentales del espacio y más lento de reflejos de lo habitual. No acude a las tres dejadas que le propone Norrie, un jugador que controla el registro de la arcilla e intenta golpear primero, más decidido. Sin embargo, el ultradepurado instinto del balear (38 años) es más que suficiente para sortear el primer abordaje del rival y, a continuación, séptimo juego, decantar la manga inicial con una rotura que invierte el guion del duelo. Sucede lo mismo en la continuación, pero en sentido opuesto. Es Nadal el que se entona y propone más, pero el británico se escapa (4-1). Afloran entonces la inquebrantable tenacidad y el revés expansivo del ganador, lastimado del codo por una fea caída. Sin consecuencias.

Cinco juegos sucesivos, y adelante. “Siento que al principio del partido él estaba un poco mejor que yo, porque estaba ganando sus saques con facilidad y yo sufría un poquito más para hacerlo, pero he logrado el break. En el inicio del segundo set, he jugado mejor que él y he empezado a tener bolas de rotura, pero ha sido él quien ha conseguido romper; me he dicho a mí mismo que era un 1-4, pero que podía ser un 4-1 perfectamente. Así que tenía que seguir haciendo lo que estaba haciendo; ser un poco más agresivo con mi revés, porque con la derecha [22 ganadores] estoy muy contento y con el saque, también”, aprecia el 261º del mundo, que a su vez advierte que Navone (36º), próximo escollo, “está jugando muy bien este año y ganando mucho en tierra”.

Presente también en el cuadro de dobles, junto al noruego Casper Ruud, este viernes saltará por partida doble a la pista con el objetivo de seguir readquiriendo la dinámica perdida tras el parón de París, adonde regresará en breve para los Juegos. Deja antes esta último episodio una confirmación que, por conocida que sea, no pierde un ápice de valor: suceda lo que suceda, pase más o menos tiempo y entre ausencia y ausencia, Nadal no pierde el olfato. No es el único español en liza. Roberto Carballés (54º) se medirá en la misma escala del torneo con otro argentino, Thiago Agustín Tirante (121º).

ALCARAZ, DE NUEVO MANOS A LA OBRA

A. C.

Solo cinco días después de conquistar su cuarto grande, segundo en Wimbledon, Carlos Alcaraz volvió a los entrenamientos para comenzar a preparar el asalto a los Juegos Olímpicos. El murciano, de 21 años, se ejercitó sobre la arena de la Real Sociedad Club de Campo de Murcia y el próximo lunes se desplazará a la capital francesa.

Cabe recordar que en junio, Alcaraz triunfó por primera vez en Roland Garros, donde también transcurrirá la cita olímpica. Además de participar en la modalidad individual, el de El Palmar competirá junto a Nadal en la de dobles. En el primer registro, el actual número tres del circuito es un firme aspirante a la medalla de oro, a la espera de ver qué tal mezcla con el balear como pareja.

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