Ya solo Zheng puede frenar a Sabalenka
La defensora del título y la china chocarán en la final del sábado: la primera busca reeditar el doblete de Azarenka y la segunda el hito de Na Li hace una década
Ya solo ella, Qinwen Zheng, puede detener a la arrolladora Aryna Sabalenka, que embiste, pega y acelera hacia su segundo trofeo en Melbourne, el que sería, también, el segundo en un grande. La bielorrusa, de 25 años, superó este jueves la correosa resistencia de la estadounidense Coco Gauff (7-6 (2) y 6-4, en 1h 42m) y se encontrará con la china en la final de este sábado (a partir de las 9.30, Eurosport). Suma y sigue, porque enlaza ya 13 triunfos en Melbourne y porque si hay una jugadora fiable en los grandes escenarios es ella, el brazo más duro del circuito; mucha potencia, sí, pero de un ...
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Ya solo ella, Qinwen Zheng, puede detener a la arrolladora Aryna Sabalenka, que embiste, pega y acelera hacia su segundo trofeo en Melbourne, el que sería, también, el segundo en un grande. La bielorrusa, de 25 años, superó este jueves la correosa resistencia de la estadounidense Coco Gauff (7-6 (2) y 6-4, en 1h 42m) y se encontrará con la china en la final de este sábado (a partir de las 9.30, Eurosport). Suma y sigue, porque enlaza ya 13 triunfos en Melbourne y porque si hay una jugadora fiable en los grandes escenarios es ella, el brazo más duro del circuito; mucha potencia, sí, pero de un año aquí, su consistencia también se ha multiplicado.
Desde que Serena Williams encadenase las finales de 2016 y 2017, ninguna jugadora lo había conseguido. Irrumpe otra vez en el episodio definitivo Sabalenka y, dice, lo hace con un extra de motivación por la final que se le escapó en septiembre en Nueva York. “Ese día estuve un poco pasiva, bajé la velocidad, pero en la pretemporada ha trabajado los tiros para llegar a la red y terminar allí”, explica. Su determinación se refleja en los resultados de estos días. Sin ceder un solo set hasta ahora, solo Gauff, la misma que le batió ese día en la definición del US Open, ha conseguido incomodarle de verdad. El resto, paseos o triunfos relativamente cómodos.
La número dos del mundo —las cuentas le impiden desbancar a la polaca Iga Swiatek en el trono, aunque gane el título— pretende seguir los pasos de su compatriota Victoria Azarenka, la última que logró dos coronas seguidas en el major australiano (2012 y 2013). “Sé que estaré lista para luchar, no me volveré loca. Cuando juegas tu primera final tiendes a emocionarte y a precipitarte. Ahora estoy bastante tranquila”, afirma mientras Zheng, advenediza en estas cotas, toma nota. La asiática, una prometedora jugadora de 21 años, ha sabido aprovechar las lagunas del cuadro —no se ha enfrentado a ninguna top-50— y, por qué no, piensan ella y su técnico, el catalán Pere Riba, aspira a dar la campanada.
Si Sabalenka intenta emular a Azarenka, ella sigue los pasos de Na Li, campeona hace una década. Su acceso a la final (doble 6-4 a Yamstremska, en 1h 42m también) significa el cuarto de una tenista china, simplificados los tres previos en su compatriota; dos en Melbourne y otro en Roland Garros. Hasta ahora, ella y Sabalenka se han topado una sola vez. Fue el año pasado, sobre el asfalto del US Open. Victoriosa entonces, la segunda confía en imponerse otra vez. “Está jugando el mejor tenis de su vida”, se refiere a Zheng, decimoquinta del mundo y, efectivamente, sobre una ola muy optimista.
Por otra parte, esta madrugada se enfrentarán en la primera semifinal masculina Novak Djokovic y Jannik Sinner. La segunda la protagonizarán (9.30, Eurosport) el ruso Daniil Medvedev y el alemán Alexander Zverev, verdugo de Carlos Alcaraz en los cuartos de final.
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