De Na Li a Qinwen Zheng, el florecer de China en el circuito femenino

La asiática, 13ª del mundo y cuartofinalista en Australia, lidera la evolución de un país sin tradición tenística una década después del éxito de su compatriota

Qinwen Zheng, durante el partido de la tercera ronda contra Yafan Wang.EDGAR SU (REUTERS)

Habla el técnico Pere Riba de la importancia de los referentes, de que en el tenis estos han sido históricamente esenciales para crear escuela y de que China, sin tradición tenística alguna, deporte residual allí, parece estar encontrando la inspiración: “Están viendo que se puede estar ahí arriba. Pero es fundamental que alguien vaya rompiendo barreras”. Ese alguien se ha dejado ver estos días en Melbourne Park, donde recuerdan lo sucedido hace una década. Entonces, una tenista de nombre ...

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Habla el técnico Pere Riba de la importancia de los referentes, de que en el tenis estos han sido históricamente esenciales para crear escuela y de que China, sin tradición tenística alguna, deporte residual allí, parece estar encontrando la inspiración: “Están viendo que se puede estar ahí arriba. Pero es fundamental que alguien vaya rompiendo barreras”. Ese alguien se ha dejado ver estos días en Melbourne Park, donde recuerdan lo sucedido hace una década. Entonces, una tenista de nombre Na Li, 31 años cuando se coronó campeona, engarzó el título australiano después de haber perdido dos finales previamente y de haber conquistado en 2011 la arena de París. Lo veía por la televisión la niña Qinwen Zheng, que hoy progresa, advierte y levanta el brazo, inspirada por aquella mujer abrió paso: eh, mundo del tenis, que aquí estoy yo.

A sus 21 años, la jugadora asiática disputará este lunes (hacia las 12.00, Eurosport) sus primeros cuartos de un Grand Slam frente a la francesa Océane Dodin, justo después de que Carlos Alcaraz se mida (9.00, mismo canal) con el serbio Miomir Kecmanovic. Y pisa fuerte. Ya es la 13ª del mundo, pero los especialistas advierten en ella el potencial suficiente para emular las hazañas de Li. “He visto aquella final más de diez veces, era una tenista increíble”, dice refiriéndose al episodio de 2014, con Dominika Cibulkova al otro lado de la red. “Coincidí una vez con ella cuando yo era júnior, pero nunca habíamos estado cara a cara. Me ha recomendado que no piense demasiado, que lo haga todo sencillo. Y eso es lo que debo hacer”, añade tras el encuentro de hace unos días entre ambas.

Li formó parte del sistema de entrenamiento nacional de China, el mismo que hoy sigue reclutando jóvenes talentos para convertirlos en ganadores. Sin embargo, tras los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 decidió emprender el “vuelo en solitario” por serias discrepancias con las autoridades deportivas de su país. No le salió mal la apuesta. Eligió un camino propio y tras perder dos finales australianas, una contra Kim Clijsters (2011) y otra contra Victoria Azarenka (2013), logró por fin hacer diana en Australia (2014). Cansada de las inyecciones y después de pasar cuatro veces por el quirófano para reparar sus rodillas, tres cirugías en la derecha y otra en la izquierda, un año después anunció su retirada: “Mi cuerpo no aguanta más”.

Hoy es Zheng la que eleva el vuelo y se postula. Lo hace de la mano de Riba, con el que ya trabajó un par de años antes de que el preparador catalán condujera a la estadounidense Coco Gauff a celebrar el último US Open. De nuevo juntos, el dúo promete. “Empecé con ella justo antes de que cumpliera los 18 años. Al principio tenía muy buenos tiros, pero le faltaba una buena base, solidez, así que entrenamos mucho bajo el método español. Y ha ido de menos a más. La evolución ha sido muy buena. Ha hecho una buenísima pretemporada y está con muchas ganas. Hace dos años vino aquí para jugar la previa, y ahora lo ha hecho como cabeza de serie”, precisa el técnico.

Na Li celebra un punto durante la final de 2014 contra Cibulkova.NARENDRA SHRESTHA (EFE)

Representada por la multinacional IMG, ella (diestra, revés a dos manos, 1,78 de estatura) y Riba comenzaron a trabajar en Florida, pero en esta segunda etapa han preferido asentarse en Andorra. El curso pasado ganó los trofeos de Palermo y Zhengzhou, y también se colgó el de los Juegos Asiáticos; el anterior, la WTA le designó jugadora revelación. Ahora sigue ganando terreno en el circuito y las marcas adivinan un filón en el siempre jugoso mercado asiático. “Le digo que no mire muy hacia adelante, que vaya día a día y haga las cosas bien. Que esté tranquila y no se monte películas… Pero tiene una mentalidad superganadora”, concreta el barcelonés.

“El error que cometí a principios del año pasado fue centrarme en los resultados. Quería demasiado, no tenía los pies en el suelo”, comentaba esta semana ella, erigida como la gran esperanza china. Además de Zheng, el país asiático cuenta en estos momentos con otras seis representantes en el top-100 femenino; siguen su estela Lin Zhu (32º), Xinyu Wang (36ª), Xiyu Wang (60ª), Yue Yuan (61ª), Zhuoxuan Bai (87ª) y Yafan Wang (94ª). Paradójicamente, casi todas han recibido formación en el extranjero gracias a una red internacional. Sucede lo mismo en el territorio masculino, donde Zhizhen Zhang se hace notar (54º) y Yibing Wu (119º) y Juncheng Shang (140º) ofrecen pistas de que algo se está moviendo. Pero todo empezó con Na Li.

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