España se hace inmortal con la conquista de su primer Mundial femenino

La selección dirigida por Jorge Vilda, definida por la inteligencia de Bonmatí y un zurdazo de Olga Carmona, desmonta a la poderosa Inglaterra para conquistar el título y alcanzar la gloria

Las jugadoras de España, campeonas del mundo en Australia y Nueva Zelanda, celebran la consecución del título. Foto: Catherine Ivill/Getty Images
Sídney -

España derribó la puerta de la eternidad para hacerse inmortal, para ponerse el laurel de oro y diamantes, para significarse al fin como la mejor del mundo, cosa que llevaba años haciendo en las categorías inferiores. Es, sin embargo, el relato de una selección que en pocos años ha hecho mucho, siempre a rebufo de las grandes potencias como Estados Unidos, Alemania o los equipos nórdicos; ahora referencial y ejemplo del planeta fútbol porque, igualado el físico, no hay quien le tosa ni le quite el balón o la identidad. Lo intentó, en cualquier caso, una Inglaterra eléctrica y de recursos, en o...

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España derribó la puerta de la eternidad para hacerse inmortal, para ponerse el laurel de oro y diamantes, para significarse al fin como la mejor del mundo, cosa que llevaba años haciendo en las categorías inferiores. Es, sin embargo, el relato de una selección que en pocos años ha hecho mucho, siempre a rebufo de las grandes potencias como Estados Unidos, Alemania o los equipos nórdicos; ahora referencial y ejemplo del planeta fútbol porque, igualado el físico, no hay quien le tosa ni le quite el balón o la identidad. Lo intentó, en cualquier caso, una Inglaterra eléctrica y de recursos, en ocasiones un conjunto en combustión; aunque insuficiente en cualquier caso para discutir que España es la gloriosa campeona de la Copa del Mundo en su tercera intentona, nuevo y definitivo capítulo en la historia del fútbol jugado por mujeres.

España se miró al espejo y se encontró de una vez por todas con un rival que le discutió el esférico, que incluso también le explicó que podía circular el balón con tanta o más diligencia, por más que su hoja de ruta para llegar a la portería contraria fuera bien diferente. Para Inglaterra el fútbol es un pelo más primario aunque no menos eficaz, pues se contenta con los pases de seguridad en defensa para lanzar en largo a los costados —por algo es la nación del seven-eleven, en referencia a los extremos que se hinchan a sacar centros—, donde trataba de generar superioridades con las proyecciones ofensivas de las carrileras (Bronze y Daly) y las diagonales de las delanteras. Ninguna como Hemp, una diablesa con botas, carcoma insaciable que juega tan bien con el cuerpo como con los pies, capaz incluso de hacer tiritar a Paredes. Al menos al inicio porque la central, imperial, se recompuso al tiempo que lo hizo España, que cuando le cogió el ritmo al duelo y el gusto al toque, evidenció que no hay nadie que se lleve mejor con la pelota. Pero antes de eso, Inglaterra tuvo sus momentos, sus aspiraciones.

La reina Letizia y la infanta Sofía acompañadas de las jugadoras de la selección tras su triunfo en el Mundial.Mark Baker (AP)

Resulta que las Lionesses se definían con ese juego largo, con pocos pases y muchos metros, con balones que reclamaban las segundas jugadas. Y el físico inglés, también la gazuza, quizá la mentalidad arrolladora porque el éxito le precede —por algo venció en la pasada Eurocopa y pisó esta final de la Copa del Mundo—, bastaba para imponer su ley, para cobrarse metros al estilo rugby, palmo a palmo, parcela a parcela. Y de ahí, como de los saques de banda, extraía oro Inglaterra, de nuevo una Hemp que buscaba las cosquillas con velocidad y brega, oportunista y Carpanta del área porque en dos ocasiones seguidas se ganó el balón y la posición, remates tibios, sin embargo, para siquiera incomodar a Cata Coll, portera que no entiende de miedos ni temblores. Aunque no ocurrió lo mismo cuando Daly pisó el área por la izquierda, cuando cedió el esférico hacia la llegada de Hemp, que puso el interior de bota izquierda con mala baba pero excelente intención, disparo solo escupido por el travesaño. Pero España, como ha ocurrido durante todo el torneo, supo sufrir y madurar el envite, llevárselo a su terreno.

Lo hizo como sabe, con la pelota entre las botas, con la voluntad de sacar el balón desde la raíz por más que Inglaterra seleccionara siempre el acoso —cuando había un mal control español, cuando una jugadora estaba de espaldas a la portería rival, cuando se daba un pase comprometido—, y tratara de desnaturalizarla negándole líneas de pase. Pero a la que aparecían Jenni y Aitana para dar sentido al fútbol, el juego se volvía de color rojo. Como en esa triangulación de área a área, el tuya-mía de Olga y Jenni para la carrera de Salma, que pisó la línea de fondo a la espera de un crochet que no llegó. Lo mismo que ocurrió con otro centro de Olga al que ni Salma ni Alba Redondo supieron ponerle el lazo. Pero España tenía más y llegaba a partir de Salma y sus carreras, corre que corre, piernas para qué os quiero, excelente en la interpretación del juego porque era tan efervescente en los desmarques de ruptura como en los de apoyo, quiebros y virguerías, fútbol diamante. Le falló, en cualquier caso, el remate, ese que entró ante Suecia en la semifinal y ese que se estrelló con el poste antes del entreacto. Pero España ya había dicho la suya.

Fue en un ejercicio de presión, en un robo de balón de Aitana, inteligencia y elegancia, que le cedió el esférico a Tere Abelleira, la que siempre se salta líneas de presión, en ocasiones dos, la única que entiende el desplazamiento en largo como una rampa para llegar al gol. Control exquisito de Mariona y doblaba por la izquierda de Olga Carmona como mandan los cánones de la buena carrilera, que le pegó a la carrera un disparo seco y cruzado, ajustado al poste, pero también a la red. Heroína en semifinales, leyenda en la final.

Varias jugadoras celebran en el césped del Estadio Australia de Sídney la victoria en el Mundial, tras recoger el trofeo. Quinn Rooney (Getty Images)
La reina Letizia levanta el trofeo con las jugadoras de la selección de España de fútbol. FRANCK FIFE (AFP)
Olga Carmona, la autora del gol de la selección en la final, besa la Copa del Mundo.ASANKA BRENDON RATNAYAKE (REUTERS)
Olga Carmona (en el centro) sujeta el trofeo. FRANCK FIFE (AFP)
La extenista Billie Jean King agarra la medalla de la española Eva Navarro.AMANDA PEROBELLI (REUTERS)
Las jugadoras de España, campeonas del mundo en Australia y Nueva Zelanda, celebran la consecución del título.CARL RECINE (REUTERS)
Jugadoras de la Roja celebran en el vestuario la victoria en la final del Mundial.PAblo García (RFEF)
Salma Paralluelo se fotografía en el césped del Estadio Australia de Sídney tras recoger la medalla.CARL RECINE (REUTERS)
Ona Batlle, de España, consuela a la jugadora inglesa Lucy Bronze después del partido.AMANDA PEROBELLI (REUTERS)
La reina Letizia, con la camiseta de la selección, y la infanta Sofía, con el trofeo, se fotografían con las jugadoras y resto del personal técnico. Mark Baker (AP)
Oihane Hernández corta la red de la portería. DEAN LEWINS (EFE)
Jennifer Hermoso celebra la victoria del Mundial.AMANDA PEROBELLI (REUTERS)
Catalina Coll celebra la victoria de La Roja en el césped del campo tras el partido.AMANDA PEROBELLI (REUTERS)
Aitana Bonmati, tras recibir el Balón de Oro del Mundial, es felicitada por la infanta Sofía y la reina Letizia. WILLIAM WEST (AFP)
Celebración de las jugadoras de La Roja tras proclamarse campeonas del Mundial en el Estadio Australia de Sídney. HANNAH MCKAY (REUTERS)
Aitana Bonmati (a la derecha), de la selección de España, celebra la victoria de la Roja antes las jugadoras inglesas.Robert Cianflone (Getty Images)
Las jugadoras españolas Mariona Caldentey y Aitana Bonmati celebran la victoria frente a Inglaterra.Robert Cianflone (Getty Images)
Salma Paralluelo se fotografía con seguidores en el Estadio Australia de Sídney. Associated Press/LaPresse (APS)
Las jugadoras de la selección de España celebran la victoria ante Inglaterra en el campo. En el centro, la guardameta inglesa, Bethany England.DAVID GRAY (AFP)
Cata Coll (a la izquierda) y Salma Paralluelo, al final del partido frente a Inglaterra. Associated Press/LaPresse (APS)
Las jugadoras inglesas lloran en el césped del Estadio Australia tras perder la final.SAEED KHAN (AFP)
El seleccionador de España, Jorge Vilda, junto con el equipo técnico y las jugadoras tras el final del partido. JAIMI JOY (REUTERS)
Las jugadoras españolas (en primer término) e inglesas, abrazadas tras el partido.DAN HIMBRECHTS (EFE)
Las jugadoras de la selección celebran el triunfo frente a Inglaterra en el Estadio Australia de Sídney.Cameron Spencer (Getty Images)
Oihane Hernández sobrepasa a Alex Greenwood en un momento de la final.Robert Cianflone (Getty Images)
Salma Paralluelo (a la izquierda) y Alex Greenwood pelean por el balón.DAVID GRAY (AFP)
Salma Paralluelo (en el centro) pelea por la pelota con Millie Bright en la final del Mundial.FRANCK FIFE (AFP)
Aitana Bonmati (a la izquierda) cae al suelo tras una jugada con Alex Greenwood.Alessandra Tarantino (AP / LAPRESSE)
La jugadora de la selección española Jennifer Hermoso lanza el penalti.Catherine Ivill (Getty Images)
La guardameta inglesa, Mary Earps (a la izquierda), salva el penalti lanzado por Jennifer Hermoso. Abbie Parr (AP)
Mary Earps (en el centro) celebra con Chloe Kelly y Millie Bright tras detener el penalti de Jennifer Hermoso.CARL RECINE (REUTERS)
Jorge Vilda, seleccionador de la Roja, da instrucciones a las jugadoras durante el partido. Alessandra Tarantino (AP)
Desde la izquierda, Keira Walsh, Alex Greenwood y Salma Paralluelo, durante una jugada.AMANDA PEROBELLI (REUTERS)
Las jugadoras inglesas, reunidas antes del comienzo de la segunda parte de la final.JAIMI JOY (REUTERS)
La jugadora de la selección inglesa Lauren Hemp (en el centro) es presionada por Irene Paredes (a la izquierda) y Aitana Bonmati.Mark Baker (AP)
La defensa de la Roja Laia Codina, en el suelo tras una jugada.DAVID GRAY (AFP)
Olga Carmona lanza la bola para abrir el marcador (1-0).Alessandra Tarantino (AP / LAPRESSE)
Alex Greenwood y la guardameta Mary Earps siguen con la vista la trayectoria del gol de Olga Carmona.DAVID GRAY (AFP)
Carmona anota el gol ante Inglaterra en el Estadio Australia. WILLIAM WEST (AFP)
La jugadora española Olga Carmona celebra su tanto durante la primera parte de la final del Mundial.WILLIAM WEST (AFP)
Aficionados de la selección española celebran el gol de Carmona en el recinto WiZink Center de Madrid. INMA FLORES
Olga Carmona dedica el gol a la madre de una de sus mejores amigas, fallecida recientemente.DEAN LEWINS (EFE)
Las jugadoras de la Roja celebran el gol de Carmona.DAN HIMBRECHTS (EFE)
Mariona Caldentey se hace con el balón ante Lucy Bronze.STEVE CHRISTO (AFP)
Aficionados ingleses siguen la retransmisión del partido en Victoria Park, en Londres, este domingo. Julian Finney (Getty Images)
La guardameta inglesa Mary Earps salva un gol.Steve Markham (AP)
Lauren Hemp (en primer término) y Aitana Bonmatí saltan para hacerse con el balón. DAN HIMBRECHTS (EFE)
Jennifer Hermoso (a la derecha) lanza a puerta ante Jessica Carter.Catherine Ivill (Getty Images)
Salma Paralluelo (a la izquierda ) es abordada por Jessica Carter.DAN HIMBRECHTS (EFE)
La portera inglesa, Mary Earps (en el centro), en una jugada de la primera parte de la final disputada en el Estadio Australia. HANNAH MCKAY (REUTERS)
Alessia Russo (a la izquierda), de Inglaterra, bloquea el tiro de Irene Paredes. Robert Cianflone (Getty Images)
La guardameta española, Catalina Coll, para la bola durante la final del Mundial.WILLIAM WEST (AFP)
Olga Carmona (a la izquierda) se hace con el control de la bola ante Lauren Hemp.FRANCK FIFE (AFP)
Las jugadoras de la selección española se abrazan antes del partido.FRANCK FIFE (AFP)
La reina Letizia y la infanta Sofía, en el Estadio Australia. JAIMI JOY (REUTERS)
La cantante Tones and I participa en la gala inauguración del Mundial. Justin Setterfield (Getty Images)
Varias aficionadas de la Roja animan a la selección en el estadio.FRANCK FIFE (AFP)
Las jugadoras de la Roja calientan en el campo antes del partido. Quinn Rooney (Getty Images)
Una aficionada levanta una bufanda en el Estadio Australia de Sídney antes del encuentro.Abbie Parr (AP)
Laia Codina, de la selección de España, en el campo antes del inicio del partido. ASANKA BRENDON RATNAYAKE (REUTERS)
Las jugadoras inglesas calientan en el Estadio Australia antes del partido. WILLIAM WEST (AFP)
Seguidores de la selección de Inglaterra en el Estadio Australia de Sídney. Rick Rycroft (AP / LAPRESSE)

No cambió su propuesta España en el segundo acto como no lo ha hecho en todo el torneo —aunque frente a Japón no perdiera la identidad pero sí la compostura, único cachiporrazo en el Mundial—, de nuevo abrillantada por la zurda de Jenni y la diestra de Aitana, otra vez catapultada por una Mariona que tras recortar en el balón del área se sacó un disparo que le susurró al poste, pero por fuera. Inglaterra adelantó las líneas y buscó destilar un fútbol por dentro para catapultarlo por fuera, ahora con James sobre el césped y por la izquierda, jugadora diferencial y superdotada que extrañó que no saliera de la partida, balones al área y remates de Hemp y Kelly, ninguno entre los tres palos.

Vilda, entre conservador e inteligente, redobló el costado derecho de laterales —entró Oihane por Redondo— y sofocó la rebelión. Tanto que los problemas se dieron en el área de Earps, penalti de Walsh después de sacar a pasear la mano tras un recorte de Mariona, castigo penalizado por el VAR. Pero Jenni, peleada con los once metros, erró como le ocurriera ante Costa Rica en la apertura del Mundial, chut flojo y a las manoplas de la portera. Momentos de tiritera para las españolas que bajaron la cabeza menos Cata Coll, loca cuerda, gallarda como ninguna. Así, salió del área para despejar con la testa una contra rival, se marcó un baile con la pelota no apto para cardíacos para descontar a una contrincante y puso el guante a tiempo para torcer el disparo de James. Y con la paz de Cata, con la experiencia al fin de Alexia Putellas —suplente, disputó los minutos finales—, llegó la tranquilidad de España, que supo morder, que supo poner el cuerpo, que supo frenar a Inglaterra, que supo sufrir, que supo ganar. Nada más y nada menos que un Mundial, ese que reescribe la historia y que las hace inmortales.

La alegría de las españolas tras la victoriaFoto: EFE/EPA/DAN HIMBRECHTS


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