Inglaterra vuelve a caer de pie en el Mundial
Las ‘pross’, con poco fútbol y una jugadora menos en la prórroga, superan en los penaltis a una Nigeria incapaz de romper el gafe histórico africano con las eliminatorias del torneo
Stanway, diapasón de Inglaterra, corrió hacia el balón y abrió la tanda de penaltis de mala manera, con un disparo cruzado que no encontró ni la portería. La seleccionadora Sarina Wiegman se atusaba las gafas y miraba al suelo, gesto de preocupación. Festejo de Nigeria, que veía al fin la luz después de ser incapaz de superar a las pross aunque gobernó todo del envite, más desde el inicio de la prórroga porque antes de que acabara el tiempo reglamentario Lauren James vio la cartulina roja. Pero Inglaterra tiene la fe y la confianza de ser...
Stanway, diapasón de Inglaterra, corrió hacia el balón y abrió la tanda de penaltis de mala manera, con un disparo cruzado que no encontró ni la portería. La seleccionadora Sarina Wiegman se atusaba las gafas y miraba al suelo, gesto de preocupación. Festejo de Nigeria, que veía al fin la luz después de ser incapaz de superar a las pross aunque gobernó todo del envite, más desde el inicio de la prórroga porque antes de que acabara el tiempo reglamentario Lauren James vio la cartulina roja. Pero Inglaterra tiene la fe y la confianza de ser la actual campeona de Europa, también siete vidas, porque aunque su torneo hasta el momento tiene muchos grises, siempre se sale con la suya. Como en el Suncorp Stadium de Brisbane (Australia), donde se convirtió ahora ya en cuartofinalista del Mundial. Jauja inglesa; condena africana, continente que sigue sin vencer en una eliminatoria mundialista.
Sin mucho fútbol pero sí posesión, Inglaterra hizo lo que venía haciendo desde el inicio de la competición, salvarse por los pelos: venció a Haití (1-0) con un gol de penalti -aunque fue en la repetición porque la portera se adelantó un poco en el primer lanzamiento que falló la misma Stanway- y después se impuso sobre Dinamarca (1-0) gracias a la puntería de James, que es hermana del futbolista del Chelsea, Recce James. Muchos sudores y algún tembleque. Pero ante China descolló su juego y su mordiente, sobre todo una James, que volvió a autografiar dos goles y regalar otros tres para sellar con un 1-6 un récord en la Copa del Mundo; ser partícipe en seis tantos en la fase de grupos, uno cada 37 minutos disputados. Tres duelos, tres victorias -el único equipo junto a Japón y Suecia- y 16 encuentros seguidos marcando al menos un gol, batiendo así el registro de Noruega de 15 entre 1991 y 1999. Había, decían, motivos para que Inglaterra descorchara la botella. “No le tememos a nadie”, resolvía Lucy Bronze, carrilera del Barcelona y la selección; “nuestras cualidades se han demostrado en los meses y años que hemos estado jugando juntas. Sabemos de lo que somos capaces”.
Pero Nigeria explicó lo contrario. Fútbol vertical y de segundas jugadas, también de muchos disparos pero de pie torcido. Hasta en 18 ocasiones probaron el chut (por 11 de las inglesas); solo en dos fueron entre los tres palos. El desespero. Pero para todas. Argumento que explicó James, que perdió la cabeza, quizá frustrada porque el balón, por un día, le resultaba extraño. Así, después de caerse sobre la rival Alozie, le pisó en la espalda al reincorporarse y recibió la amonestación. Pero desde la sala del VAR reclamaron la atención de la colegiada, que se corrigió. “Después de ver la acción, la tarjeta amarilla queda cancelada. Es tarjeta roja”, dijo para todo el estadio, medida que la FIFA ha impulsado durante este Mundial. Pero ni con esas pudo Nigeria, tan bien estructurada como mal acabada, ya que ni Oshoala ni Aloize ni Kanu ni nadie atinó en el remate durante la prórroga. Por lo que se llegó a la rueda de los penaltis. Y todo cogió acento británico.
Resulta que la capitana y central Millie Bright, que dice inspirarse en la leyenda del Chelsea John Terry como jugador y persona, ya se llevó el primer punto, pues ganó el sorteo y de lo tensa que estaba, se le olvidó dar la mano a las árbitras y a su homóloga, la portera Nnadozie. Entonces, falló Stanway pero el resto hicieron diana, definitiva la última de Kelly, que casi no se permitió festejar porque acudió a abrazar a Nnadozie, que se echó a llorar desconsolada al lado del poste. Inglaterra, una vez más, se mantuvo de pie, triunfo tras triunfo que por algo viene de ganar la Eurocopa, por más que alguno sea a la remanguillé. Y con eso le vale para decir que en los seis Mundiales que ha participado siempre ha alcanzado las rondas eliminatorias, y que pretende pisar las semifinales como en las dos últimas ediciones.
No lo hará Nigeria, que no pudo con el gafe africano en la Copa del Mundo, incapaces los equipos del continente de superar una ronda del KO en el torneo. Si bien Nigeria alcanzó los cuartos de final en 1999, lo hizo de forma directa tras la fase de grupos, partido que perdió ante Brasil (3-4). Ya en octavos, sucedió lo mismo con Camerún en 2015 (0-1 ante China) y en 2019 (0-3 con Inglaterra), edición en la que tropezó también Nigeria (0-3 frente a Alemania). Una penalidad que Inglaterra volvió a sellar.
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