La eclosión de Daphne van Domselaar, portera de Holanda en el Mundial
La guardameta, anónima hace poco más de un año, resulta capital para sellar el empate ante Estados Unidos
Fue una repetición de la final del pasado Mundial, un Estados Unidos ante Holanda. Entonces, el conjunto de las barras y estrellas venció por dos goles a cero para llevarse el laurel. Pero no ocurrió lo mismo ayer en el estadio Regional de Wellington (1-1). Entre otras cosas porque bajo el larguero de Países Bajos estaba Daphne van Domselaar (Beverwijk, Países Bajos; 23 años), portera que tiene gadgeto-brazos y un excelente juego de pies, aunque hace poco más de un año era bien anónima...
Fue una repetición de la final del pasado Mundial, un Estados Unidos ante Holanda. Entonces, el conjunto de las barras y estrellas venció por dos goles a cero para llevarse el laurel. Pero no ocurrió lo mismo ayer en el estadio Regional de Wellington (1-1). Entre otras cosas porque bajo el larguero de Países Bajos estaba Daphne van Domselaar (Beverwijk, Países Bajos; 23 años), portera que tiene gadgeto-brazos y un excelente juego de pies, aunque hace poco más de un año era bien anónima para el mundo.
Los guantes de Holanda, históricamente, los llevaba Sari van Veenendaal, que hacía pequeña la portería para sus rivales, excepcional de reflejos y potencia de tren inferior. Era la voz del vestuario, la capitana, la estrella. Conquistó la Eurocopa en 2017 —torneo que Van Domselaar vio desde las gradas—, además de ser escogida la mejor guardameta del Mundial de 2019. Ese año obtuvo el premio The Best a la mejor arquera del mundo. También figuraba, claro, como titular para la pasada Eurocopa. Pero duró 20 minutos, castigada en el primer envite ante Suecia por una lesión. Entonces, Daphne salió a calentar. “Dos semanas antes ni siquiera me esperaba que me incluyeran en la lista. Un año antes, en los Juegos, era la quinta opción”, recuerda.
Le temblaban las piernas y el corazón se le salía de la boca. “Haz lo que siempre haces en Twente, puedes hacerlo muy bien”, le susurró Sari al chocar las manos. Pero en la primera salida midió mal, aunque atrapó el balón, y en la jugada siguiente le hicieron gol. “¿De verdad va a ser esto así?”, se preguntó en voz alta Daphne, que entonces se serenó y empezó a parar a destajo, escogida finalmente como la mejor del encuentro. Y ya no se movió del once inicial, figura que creció a un ritmo vertiginoso hasta el punto de que varios equipos llamaron a su puerta. El Twente se negó y acordó con ella que jugara un año más, que este verano le daría una salida. No ha sido el Manchester City, equipo al que admira, pero sí el Aston Villa, sueño para ella porque siempre quiso jugar en la liga inglesa.
En esa Eurocopa Daphne todavía no estaba hecha, presa de los nervios. “Tenía la sensación de que debía cambiar todo en mi juego”, rememora. Pero el seleccionador Mark Parsons y la entrenadora de porteros Erskine Schoenmakers le dijeron que no cambiara nada, que hiciera lo de siempre. Y funcionó, por más que Holanda ya no era ese equipo abrasador, eliminado en cuartos de final por Francia.
Durante este curso Daphne ha seguido trabajando con el entrenador de porteros del Twente Rick Scherp y, sobre todo, ha reforzado las sesiones de coaching con Robin Joostens. “Me he beneficiado mucho de las conversaciones con mi entrenador mental. Prefiero llamarlo así antes que psicólogo. Es mi amigo, mi confidente, y me ha enseñado a no presionarme”, explica la portera. Quizá porque su salto ha sido tremendo en poco tiempo, pues en 2017 llegó al Twente pero no jugó hasta dos años después, por más que sí acudiera regularmente a las selecciones inferiores de la Oranje. Y con dos años le valió para llegar a la Eurocopa, para triunfar en el planeta fútbol.
Ocurrió que tras la derrota en la Euro, Sari anunció su retirada. “Me llamó para decírmelo. Lo lamenté porque creo que le quedaban años de carrera. Era la capitana y una apasionada que siempre exigía lo mejor a todos”, señala Daphne; “también me enseñó a dar un extra en lo mental”. A la vez, la federación decidió despedir al técnico y escogió a Andries Jonker para el banquillo. “Yo te conozco de la tele”, le saludó al verla llegar a la primera convocatoria con la selección, al tiempo que le aseguró su plaza bajo los palos. Y así lo ha hecho en este Mundial, donde Daphne sigue exhibiéndose, primero ante Portugal y después contra Estados Unidos. Ya nadie duda de su valía ni titularidad; tampoco ella.