La otra gran carrera de fondo de Isidre Esteve: trabajar en los combustibles renovables de rally
El piloto español lleva cinco años liderando el desarrollo de energías respetuosas con el medio ambiente en los escenarios más duros del planeta
Cuando Isidre Esteve (Oliana, Lleida; 53 años) se enfunda el casco, su único objetivo es firmar el mejor resultado posible en cada etapa. El piloto ilerdense, sin embargo, disputa desde 2007 una gran carrera de fondo. Después de quedar parapléjico en un accidente de moto, su idea es demostrar que su discapacidad no es una barrera para alcanzar el podio, un objetivo que persigue desde entonces en coche por l...
Cuando Isidre Esteve (Oliana, Lleida; 53 años) se enfunda el casco, su único objetivo es firmar el mejor resultado posible en cada etapa. El piloto ilerdense, sin embargo, disputa desde 2007 una gran carrera de fondo. Después de quedar parapléjico en un accidente de moto, su idea es demostrar que su discapacidad no es una barrera para alcanzar el podio, un objetivo que persigue desde entonces en coche por los parajes más arduos del planeta. Desde 2021, ha añadido otra misión a su currículo: liderar el desarrollo de los combustibles renovables en la alta competición.
“Este proyecto unifica todas mis carreras. Demuestro que compito con el resto en igualdad de condiciones y que puedo ser la punta de lanza del desarrollo de estos combustibles renovables y tener el apoyo de una fábrica de la dimensión de Toyota”, explica Esteve a EL PAÍS después de terminar en 23ª posición el rally-raid de Portugal, penúltima cita del Mundial W2RC. El piloto del Repsol Toyota Rally Team agradece cada metro rodado con su actual vehículo, y es que ahora dará otro paso al frente en la edición de 2026 del Rally Dakar.
El piloto catalán contará para la cita arábiga con el Hilux EVO de Gazoo Racing que ganó la cita portuguesa a manos del brasileño Lucas Moraes. Toyota se ha llevado por cuarto año consecutivo el título de constructores, la segunda vez que los combustibles renovables triunfan en la disciplina más exigente para las mecánicas en el mundo del automovilismo.
“Ha sido un proyecto que nos ha motivado muchísimo. Fuimos los primeros en probar estos combustibles en la competición y desde el inicio vimos que los resultados eran muy buenos. Incluso se detectaron mayores prestaciones respecto a los combustibles anteriores. Dar ese primer paso fue muy importante, y un gran impulso que provocó que Toyota se implicara como fábrica en el desarrollo”, comenta Esteve, uno de los artífices de esta nueva victoria.
“Ahora mismo podemos decir que el resultado de usar combustibles tradicionales o renovables es equivalente, y eso nos satisface enormemente”, celebra Bart Eelen, responsable de la división de deportes de motor de Toyota. “El motor de combustión es el mismo para todos nuestros vehículos, y se trata de jugar con los reglajes y parámetros del propulsor para optimizar el rendimiento. Nosotros siempre hemos defendido que no hay una solución única respecto al futuro de la motorización de los vehículos”, añade el ejecutivo de la fábrica japonesa.
La mitad de los Toyota punteros que participan en la principal categoría del Dakar lo hacen con una mezcla de carburante 70% renovable de origen vegetal, producida en el laboratorio tecnológico que Repsol tiene en Móstoles. Allí, más de 200 científicos de ámbitos variopintos trabajan para encontrar soluciones energéticas rumbo a alcanzar las cero emisiones netas como compañía en 2050. El objetivo es poder competir con una mezcla 100% renovable en un futuro no muy lejano, y desde este 2025 los especialistas cuentan con un ejemplar del motor dakariano en la sede madrileña para mejorar los resultados de la asociación.
Competiciones como el Dakar requieren de cargas ingentes de gasolina y diésel para completar apenas una sola etapa, donde un depósito lleno de 530 litros no basta en ocasiones para recorrer 500 kilómetros en pleno desierto. La electrificación en este entorno parece, por ahora, una quimera. El objetivo es llegar a neutralizar igualmente las emisiones en la alta competición y trasladar estas tecnologías a las realidades cotidianas en la medida de lo posible. Más de 1.500 estaciones de servicio de la compañía energética española tienen ya diésel 100% renovable compatible con cualquier vehículo de gasóleo. La materia que se usa y que captura emisiones en la fabricación del productor podría llegar a cubrir la mitad de la demanda actual, con las tecnologías de hidrógeno, sintéticos y eléctricos aportando el resto en dicho escenario.
“Usamos cualquier tipo de residuo orgánico o de la industria agroalimentaria para crear nuestros combustibles renovables, y el objetivo es que la suma sea cero, descarbonizar la movilidad”, ilustra Rafa Pitarch, diseñador de producto del Repsol Technology Lab. “El tubo de escape sigue emitiendo CO2, y el combustible es indistinguible cuando haces una comparativa simple con uno convencional. La idea es que lo que entra y lo que sale sea equivalente, y por lo tanto no se emitan más gases contaminantes a la atmósfera”, ahonda.
Los resultados de la pasada edición del Dakar ponen de relieve los resultados de esta solución: el ganador en cuatro ruedas, el saudí Yazeed Al Rajhi, usó combustibles fósiles en su Toyota de Overdrive. Henk Lategan, segundo clasificado en la exigente prueba, sí usó combustibles renovables con el mismo vehículo y redujo así considerablemente su huella medioambiental en la competición, quedando a cuatro minutos tras más de 50 horas de competencia.