La espeluznante caída de Enea Bastianini confirma las dudas sobre la seguridad del Balaton Park

Como si de una premonición se trata, Enea Bastianini fue uno de los pilotos que en la víspera del estreno del GP de Hungría más subrayó los peligros del lento, estrecho y revirado circuito de Balaton Park. “El circuito me gusta cuando voy solo, pero en la primera vuelta puede ser peligroso para una MotoGP, porque hay demasiados elementos a tener en cuenta”, expresó, preocupado, el sábado por la tarde. El italiano de KTM venía de sufrir un accidente en la primera curva de la ‘sprint’, embestido por detrás por la Yamaha de Fabio Quartararo, y una dura caída en una de las chicanes tras golpear la Honda de Johann Zarco, y este domingo repitió protagonismo en la segunda chicane del trazado en un incidente que rozó la tragedia.

Después de una buena salida, cuarto a la estela del ganador de la carrera, Marc Márquez, la ‘Bestia’ perdió el tren delantero en la curva 12 y se deslizó sin remedio sobre el asfalto, cruzando por el vértice de la 13 con todo el pelotón desbocado. En una de las situaciones más vulnerables para los pilotos, ya que los impactos de una MotoGP en el cuerpo de un piloto suelen terminar, en el mejor de los casos, con una visita de urgencia al hospital, tanto Pedro Acosta como Luca Marini, los más inmediatos perseguidores del italiano, pudieron evitar chocar contra su rival caído.

El suceso quedó en anécdota en esta ocasión, en un trazado que desde el primer momento requirió la intervención del campeonato para la mejora de su seguridad. Las tres chicanes antinaturales que se añadieron a la pista para reducir las velocidades puntas y evitar accidentes a demasiada velocidad en los vértices con el muro más cercano, añadieron el riesgo de una embestida peligrosa en caso de caída en grupo, una situación habitual en los compases iniciales de las pruebas mundialistas.

El arrastrón de Bastianini, y especialmente su mirada despavorida hacia atrás para ver por dónde le venían las máquinas de 160 kilos de peso y 300 caballos de potencia en plena aceleración, ilustró una vez más el peligro que tienen algunos circuitos en el calendario. De Hungría sorprende el hecho de que sea un trazado de nuevo cuño, para gran parte de los pilotos “un karting” impropio de los actuales estándares de seguridad, revisados anualmente en aras a evitar situaciones de riesgo como la acontecida este domingo.

El campeón del mundo de 2020, Joan Mir, fue uno de los que criticó la seguridad en Balaton Park con mayor claridad. “Es uno de los circuitos más peligrosos de MotoGP”, aseveró el piloto mallorquín de Honda. “Uno de los puntos negativos a destacar es esa curva 12 y 13, donde cayó Bastianini y cruzó la pista demasiado fácil, es el único punto peligroso para reseñar”, comentó al respecto Pedro Acosta.

Otro accidente que ilustró los problemas de Balaton Park fue el trompazo del propio Acosta el sábado, que terminó con su máquina impactando con uno de los operadores de cámara subidos a una torre en una de las curvas rápidas del trazado. El murciano, que no se hizo daño en la caída y este domingo pudo celebrar una segunda plaza muy importante en la carrera, se asustó enseguida desde la grava y quiso interesarse por la salud del trabajador, que por fortuna salió ileso a pesar de la velocidad y agresividad del golpe, que sí rompió el aparato.

Joao Antonio Cabrera, trabajador de Dorna, que repitió en la misma posición este domingo, fue también uno de los protagonistas inesperados de un fin de semana donde no se solventaron las dudas de seguridad que despierta el primer trazado europeo de nueva construcción que debuta en MotoGP en los últimos 15 años.