España supera a Brasil en un partido que se alargó 118 minutos y jugará los cuartos como primera de grupo
La selección femenina de fútbol muestra su superioridad ante un rival que jugó con una menos durante toda la segunda parte y que acabó con nueve
118 larguísimos minutos se alargó el partido que la selección española jugó frente a Brasil, casi una prórroga completa, una locura, en un choque de la fase preliminar que le dio a España el pase a cuartos de final como primera de grupo. Fue un triunfo merecido ante un rival a veces apocado y, desde el descanso, disminuido por una expulsión sin paliativos tras una patada en la cara de Marta a Olga Carmona en el minuto 50 de la primera parte.
Durante un rato se jugó al fútbol en Burdeos, pero no demasiado, y en esos instantes tan preciados para los aficionados que aguantaban el calor en las gradas del estadio bordelés, era España la única selección que aparecía sobre el césped. Brasil dedicó gran parte del partido a interpretar sobre el campo su manual de supervivencia para tratar de limitar los daños. Con la expulsión de Marta, la leyenda brasileña, su equipo decidió plegar velas y aguantar ese empate preciado que le daba acceso a la siguiente fase; después de encajar el tanto de Athenea, el empeño de la canarinha fue el de no encajar más goles porque estaba en juego su acceso a las eliminatorias como una de las mejores terceras.
Para las brasileñas fue una agonía y para las españolas, un ejercicio desesperante. No les quedó más remedio a las jugadoras de Montse Tomé que tomárselo con resignación cada vez que la portera brasileña Lorena se iba al suelo y tenían que salir las asistencias para atenderla. El golpe en el costado que sufrió en el minuto 4 dio mucho de sí. En cinco ocasiones se interrumpió el partido por los gestos de dolor de la guardameta. Ni una de esas veces se vio a su seleccionador demasiado preocupado por hacer el cambio en la portería. Sin embargo, la española Cata Coll sí tuvo que dejar el partido tras un rodillazo en el pómulo, en un balón que ya tenía controlado.
Le costó a la selección española abrir el cerrojo brasileño, y fue después de una apertura a la banda izquierda, el centro de Caldentey que rechazó flojo Lorena, y la aparición de Athenea para empujar la pelota a la portería. Si hasta entonces Brasil había sido un bloque conservador fiado a la velocidad de sus puntas en el contragolpe, que se fue apagando con el paso de los minutos, a raíz del tanto español, las futbolistas brasileñas se dedicaron a cavar trincheras en su área a la espera de que cesara el temporal. 15 córners ejecutó España, porque la zona caliente estaba tan poblada de piernas que cada disparo salía rebotado como en una máquina de pinball. No había forma.
Cuando Brasil perdió a Antonia, lesionada y sin cambios por hacer, y se quedó con nueve sobre el campo, el asedio español fue total. Alexia consiguió el premio a la insistencia con un disparo desde fuera del área que golpeó en el palo antes de entrar a la portería. Ya empezaba a caer la tarde en la Aquitania atlántica después de dos horas de partido.
Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y X, o apuntarte aquí para recibir la newsletter diaria de los Juegos Olímpicos de París.